Llega la hora de la verdad
martes 21 de agosto de 2012, 07:39h
Está claro que llevamos una primavera
y un verano de pena. Pues todavía no ha llegado lo peor. Todo parece indicar
que en este otoño llega el envite que podría ser un órdago. El margen de
maniobra del Gobierno se estrecha aceleradamente entre la espada de la protesta
social y la pared de las exigencias de Bruselas. Y la posibilidad de que se vea
obligado a pedir un rescate está cada vez más cerca.
Ante este oscuro panorama, cabe preguntarse si
hay alguna opción posible o en realidad estamos atrapados sin salida. Me parece
útil reflexionar sobre esta perspectiva a partir de las preguntas finales que
hace un reciente editorial del diario El País a este respecto y que formula de
la siguiente forma: " 1) ¿No
sería de esperar que el presidente del Gobierno aprovechara la apertura del
nuevo curso político, que será el del rescate, para comparecer ante los
españoles y ofrecerles las explicaciones que sigue debiéndoles, más allá de la
herencia recibida y de que a él no le gusta hacer lo que está haciendo? 2) ¿Y
no sería la ocasión para plantear la necesidad de un acuerdo con los
principales partidos para abordar desde el consenso esas medidas de sacrificio
que van a volver a afectar especialmente a las clases medias? Y 3) la
oposición, ¿no debería comprometerse públicamente a respaldar al Gobierno en
aquellas políticas que derivan directamente de las condiciones del rescate, o
para oponerse conjuntamente a las que se consideren abusivas?" Tres preguntas
interesantes, no hay duda.
Comencemos por la primera. Claro que sería bueno
que el Presidente de Gobierno tratara de dar a los españoles las explicaciones
que les adeuda. Pero sinceramente no creo que eso ya resuelva mucho las cosas.
El retraso del Presidente en comunicarse con la gente es ahora demasiado y su
credibilidad está bajo mínimos. En realidad, esto lo sabe perfectamente el
diario El País, como también sabe que en esto de las explicaciones Rajoy ya
necesita ayuda. La cuestión de fondo es: ¿Está dispuesto a darle esa ayuda El
País o, por el miedo a perder lectores progres, prefiere mantenerse en una
posición al margen? Este diario sabe de sobra que este otoño se plantea una
crisis política nacional que puede tirar por tierra al Gobierno y de paso a
España. ¿Tendrá el coraje necesario El País de explicar que difícilmente se
puede hacer otra política dentro del euro?
Sigamos con la segunda pregunta. Claro que el
inicio del nuevo curso político es una buena ocasión "para plantear la
necesidad de un acuerdo con los principales partidos para abordar desde el
consenso esas medidas de sacrificio que van a volver a afectar especialmente a
las clases medias". En realidad, sería más correcto decir: "para volver a
plantear" (de hecho El País ya lo ha hecho en varias ocasiones). Pero no estoy
seguro de haber visto en El País un buen informe criticando en serio al
Gobierno y a la oposición por ser incapaces de avanzar hacia el acuerdo. Bueno,
creo que lo ha hecho en alguna medida respecto del Gobierno, pero acerca de la
oposición muy poco.
Vayamos a la tercera. Dice el editorial mencionado:
"Y la oposición, ¿no debería comprometerse públicamente a respaldar al Gobierno
en aquellas políticas que derivan directamente de las condiciones del rescate,
o para oponerse conjuntamente a las que se consideren abusivas?" Pues lo cierto
es que lo único que podemos esperar del PSOE es algún tipo de acuerdo para lo
segundo (de Izquierda Unida sólo se puede esperar más metralla). Ya lo dijeron
en el pasado: los socialistas estamos dispuestos a apoyar al Gobierno frente a
las exigencias abusivas de Bruselas. Pero frente a la ciudadanía española ni
flores. Ya vemos el piloto automático que han dejado este verano, el tal Oscar
López, que tiene menos sentido de estado que un oso polar. No, el PSOE está
demasiado débil políticamente para ponerse a explicar lo que Rajoy es incapaz
de explicar. Está convencido de que hay que seguir sacando provecho del
desgaste del Gobierno, como si la situación no fuera de extrema emergencia;
como si la caída del Gobierno no pusiera en riesgo la gobernabilidad del país. Pero de nuevo: ¿será capaz El País de reflejar
en sus páginas la irresponsabilidad política de la oposición en esta crucial
hora que se aproxima (sin dejar de criticar al Gobierno, por supuesto)? Porque
cuando llegue la hora de la verdad, cada cual deberá enfrentarse a sus propias
cobardías.