Inmigrantes sin derechos y pagando
miércoles 08 de agosto de 2012, 16:40h
El Partido Popular se esta convirtiendo con
pasos de gigante en un Tea Party español. Y en alguno de sus postulados,
como los exhibidos por el ministro de justicia Ruiz Gallardon, pasando
claramente por la derecha a la conservadora formación estadounidense,
aunque el antiguo y entonces seudo progresista alcalde de Madrid niegue
vehementemente la necesidad de un Tea Party en nuestro país.
El plan de Sanidad de fijar una cuota de 710 euros a los sin
papeles por asistencia sanitaria pone un broche a la política de
desmantelamiento que el PP esta llevando a cabo sistemáticamente, no
solo del estado del bienestar y de un sistema como el sanitario que ha
costado muchos años poner en pie con demostrada eficacia y sentido
solidario, sino, fundamentalmente, de una concepción ética de las
relaciones humanas.
Cuando necesitamos a los inmigrantes como mano de obra barata con
la que inflar la maldita burbuja inmobiliaria, o como cuidadores de
nuestros ancianos y de nuestros niños, les abrimos las puertas de par en
par. Hicimos la vista gorda ante situaciones claras de ilegalidad,
aprovechándolos incluso de esas situaciones para comprar mas barato su
trabajo. Y hoy, cuando vienen mal dadas, no solo les cerramos las
puertas en las narices -cosa que seria comprensible mediante un control
mas eficaz de la inmigración- sino que pretendemos dejarles morirse en
la calle retirándoles sus tarjetas sanitarias.
Se da la paradoja de que unos inmigrantes, convertidos muchos de
ellos en "irregulares" al perder su puesto de trabajo, y que según la
vigente Ley de Extranjería deberían ser devueltos a sus países de
origen, vuelva a hacerse la vista gorda ante su situación legal pero se
les pretenda cobrar una cuota por ser atendidos en la sanidad publica.
Sin trabajo y sin "papeles", ¿se han preguntado los responsables
del Gobierno de dónde van a sacar el dinero para contribuir en un país
que no los admite?
Cuando la policía, en sus múltiples redadas los detenga por
carecer de permiso de residencia, ¿les va a pedir también el certificado
de estar al día con sus cuotas de la Seguridad Social? En su afán
recaudatorio se pretende cobrar, incluso, a aquellos a quienes se niega
cualquier derecho.
Hay quien considera que unos de los problemas que esta causando al
actual ejecutivo su perdida fulminante de apoyo popular es la falta de
claridad en su política de comunicación. No es este el caso. Con esta
medida a la ministra Ana Mato se le entiende todo. Debe ser frustrante
llegar a ser ministro, con la ilusión que les hace a todos, para
deshacer un sistema que pretendió imitar hasta el mismo Obama.
Sentir el desconcierto de que, al aplicar sus firmes convicciones
morales de que los derechos solo existen para el que los paga, se va a
pasar a la posteridad como la destructora de un sistema moderno,
universal, solidario que ha permitido a la población española superar en
longevidad a muchas europeas. No existe el fatalismo de que la crisis
obliga. Es cuestión de prioridades y respetos.