martes 07 de agosto de 2012, 16:12h
Hay una parte de la conversación entre Obama
y Rajoy que nunca conoceremos pero que es fácil intuir. Se supone que
entre mandatarios y más cuándo hay confianza y buen traductor de por
medio se acaba de manera relajada. En esas circunstancias no sería de
extrañar que Rajoy y Obama concluyeran hablando de otros asuntos: "Los
niños bien, ¿y los tuyos?".
No todo es tensión y oficialidad, no estamos en los tiempos de la
guerra fría, es más seguro que el antiguo teléfono rojo de la mesa del
presidente ahora se utiliza para llamar y que traigan una pizza. Hace
cincuenta años fue otra cosa, entonces vivíamos entre la tensión mundial
de la crisis de los misiles y la tensión sexual de Marilyn que le cantó
cumpleaños feliz a JFK delante de su mujer, con un par y generoso
escote.
Los niños bien, y tal vez Obama le contase a Rajoy que la pequeña
tiene problemas con las matemáticas y nuestro presidente le recomendara
que le pusiera un profesor de refuerzo. Los niños bien y en confianza
Rajoy le podría haber contado que las vacaciones en familia son un rato
aburridas, y Obama le podría haber confiado que tiene a la familia
política en la Casa Blanca y que a pesar de ser un sitio muy grande
también comen espacio.
Los niños bien y luego esos tópicos del verano en los que se habla
de la vida de chiringuito, el sabor del melón después de una buena
paella, y el sueño que dan las películas del oeste que empiezan a las
tres y media. Estas materias de conversación son universales, funcionan
siempre. Este año podemos añadir lo de la nave en Marte con tecnología
"made in Spain", de eso podemos presumir sin cortarnos un pelo.
Es una lástima que nos perdamos los detalles que humanizan una
relación y seguro que aliviarían la tensión de los mercados. Imaginemos
que Obama, (muy al tanto de lo que ocurre en España), fuera un confeso
"morantista" y Rajoy más partidario de José Tomás, ¡cómo podría
describir nuestro presidente la tanda de naturales que le dio el de
Galapagar al segundo toro en las colombinas de Huelva! Hasta sería
lógico que hubieran hablado de los Juegos y del baloncesto al que ambos
son tan aficionados diciendo uno a otro que se iban a ganar en la final.
Si los "obamitas" están bien y Michelle tiene ganas de volver a
Granada a pasear por La Alhambra ahora que han recuperado el patio de
los Leones entonces es que nuestras relaciones son fluidas, cordiales y
alejadas de los soponcios de la deuda. Se supone que de todo esto nos
enteraremos cuándo Moragas escriba su biografía, de momento con
especular de qué hablaron podemos pasar un rato estupendo en el
chiringuito.