Felipe González: más vale tarde que nunca
miércoles 25 de julio de 2012, 07:53h
El pasado fin de semana escribí que,
para avanzar hacia un acuerdo de Estado, quizás fuera bueno que salieran más a
la palestra los protagonistas de los Pactos de la Moncloa. Así que la larga
entrevista con Felipe González que el diario El País ha publicado este martes
sólo puede parecerme un completo acierto. Sobre todo es un acierto porque, por
fin, el expresidente de Gobierno se declara nítidamente, sin matizaciones,
partidario de un pacto de Estado para enfrentar la crisis tremenda en que nos
encontramos. Bueno, más vale tarde que nunca, aunque lamento que se haya
tardado tanto en hacerlo, cuando mucha gente llevamos planteándolo desde antes
de las elecciones. Creo que la causa del retraso de González estriba en que se
ha dejado arrastrar por el corazón partidario mucho más que por su cabeza de
estadista. Claro, ya sé que las cosas que dice hoy las ha dicho sobradamente en
su círculo más próximo, pero ese ha sido el problema precisamente: que se ha
guardado demasiado tiempo sus opiniones, para no estorbar mucho, como a él le
gusta repetir. Como si al final no haya sido inevitable tener que hacerlas
públicas.
Creo que el líder socialista acierta
claramente en la mayoría de sus observaciones centrales, pero también que hace
algunas pequeñas trampas dialécticas, para no perder su costumbre. Mencionaré
algunas.
En primer lugar, tiene un pequeño
fallo de memoria: ahora le parece una sandez asegurar que una economía tan
grande como la española no pueda llegar a ser rescatada. Un pequeño esfuerzo de
hemeroteca le hubiera bastado para recordar que sólo hace dos meses, él mismo
sostenía enfáticamente lo que hoy le parece una sandez. Me parece, sin embargo,
que ese olvido es sintomático: resulta una buena muestra de la evolución
sorprendente que están teniendo los acontecimientos (y que tienen a Rajoy completamente
desconcertado).
Pero hay un asunto de fondo en el
análisis de González que me parece más discutible: su aseveración
-socialistamente interesada- de que el presidente de Gobierno tiene
alternativas muy claras a la política que está siguiendo. González acepta que
hoy por hoy la mayor capacidad de decisión la tienen Bruselas y Berlín, pero se
empeña en repetir que Rajoy podría hacer algo muy diferente frente a los que
mandan en Europa. Por eso cuando el periodista le pregunta directamente si el
Gobierno podía haber negociado de otra manera, su argumento se debilita
ostensiblemente. En primer lugar, acepta lo acertado de solicitar el rescate
bancario, pero luego dice que agregaría otra cosa: "Pero
lo segundo que hago es exigir las mismas condiciones para todos los demás. Para
empezar, en las pruebas de estrés. ¿Por qué intervienen la parte sana de
nuestro sistema financiero y no la de otros países?" Felipe no agrega nada
acerca de la fuerza que hoy tendría esa exigencia en el contexto de las
relaciones de poder actuales en la zona euro. Uno puede entender que esté muy
enfadado con esta realidad fáctica, pero no entiendo cómo no la incorpora
centralmente en su análisis. Claro, si se saca esa cruda realidad del escenario
(la actual correlación de fuerzas en la UE), la queja frente a Rajoy florece.
Y eso está relacionado con lo que
parece no entender del ejemplo Obama. Felipe recuerda el impulso que traía el
Presidente recién electo en cuanto a la necesidad de reformar el sistema
financiero. Pero luego dice que el fallo final es la respuesta que Wall Street
dio al presidente en su petición de ayuda. Eso produce melancolía, dice
González. El líder socialista no muestra el cuadro completo. La realidad es que
el impulsivo Obama se dio cuenta a las pocas semanas de que tratar de meter en
cintura al capital financiero sólo lograba agravar exponencialmente la crisis.
Por eso optó por usar los elementos que realmente estaban a su alcance:
insuflar dinero público en el sistema. Hay que establecer controles al capital
financiero cuando la economía marcha bien, no en medio de la crisis. Esa es la
verdadera lección de Obama.
Desde luego, Felipe acierta cuando
asegura de que el uso de la Reserva Federal es precisamente lo que le falta a
la zona euro. Y tiene toda la razón cuando afirma que los que hoy mandan en
Europa pueden conducir a la Unión Europea a la catástrofe. En verdad, su
análisis es mucho más agudo cuando trata del despelote en Europa que cuando lo
hace sobre el que tiene lugar en España.
Y la contemplación que tiene con la
actual dirección del PSOE es poco verosímil. Repite ese argumento falaz de que
cuando uno extiende la mano y el otro no la toma, entonces tiene todo el
derecho a recogerla. Claro que tiene todo el derecho, sobre todo si no está
plenamente convencido de que hay que mantenerla extendida todos y cada uno de
los días, porque lo que está en juego no es el PSOE sino el país. Felipe sigue
ocultando la debilidad política del PSOE y eso resta valor a su planteamiento.
Pero considero que la entrevista tiene
dos asuntos que la justifican sobradamente. El primero es la declaración
abierta y clara a favor de un acuerdo de Estado, que, no por casualidad, El
País coloca como titular de la entrevista. Pero el segundo me parece no menos
importante: Felipe examina con finura la propuesta -surgida de sectores de la
derecha y la izquierda- de sacar a Rajoy de la Presidencia del Gobierno y
sustituirlo por una fórmula tecnocrática, para rechazarla frontalmente por
razones de principio (democrático) y de juego práctico. La alternativa consiste
en convencer al Gobierno de que la situación "exige un consenso entre todos los
actores, por tanto un consenso nacional". Completamente de acuerdo. Sólo le
falta contribuir igualmente a eliminar las reticencias que muestra la dirección
del PSOE en mantener la mano tendida; es decir, en hacer del pacto de Estado la
estrategia central de los socialistas (de una buena vez).
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (2)
10822 | Enrique Gomáriz - 26/07/2012 @ 23:42:42 (GMT+1)
Es la segunda vez que haces un comentario sesgado. Para que quede claro: creo que la resistencia al pacto de Estado se manifiesta desde ambos lados. Rajoy se resiste porque todavía piensa que se la puede solo. Y en la oposición los únicos que han dicho estar abiertamente a favor del pacto son los nacionalismos moderados y UPyD. La Izquierda Plural no es en absoluto partidaria del pacto, sino que ha empujado la protesta callejera. Y el PSOE está en medio de una contradicción: hoy dice que está a favor y mañana que está por la pelea. Creo que tiene que elegir, pero no puede porque está muy debilitado y necesita seguir la lógica del conflicto, para evitar el avance de IU.
10801 | Pikertom - 26/07/2012 @ 11:36:02 (GMT+1)
Señor Enrique, lo siento mucho pero discrepo y mucho del final de su articulo. El PSOE, la Izquierda Plural, el nacionalismo Catalán y Vasco, o sea; toda la oposición, quieren un pacto de estado. El que no lo quiere, el que pone continuas zancadillas a ese pacto, es el gobierno. Decir lo contrario evidencia su partidismo. Créame, lo que dice es simplemente una falacia.
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