Lo que yo he visto esta
noche, bien podía haber terminado en masacre. No tengo palabras suficientes
para describir la irresponsabilidad de la actuación que las UIP, (los
antidisturbios) han llevado a cabo esta noche, arrasando a su paso el centro de
la capital.
Yo estaba en la Carrera de San Jerónimo
cuando se produjo la primera carga. Había una multitud de gente. Concretamente
me encontraba cerca de la esquina con la Calle Echegaray.
De pronto, todo el mundo
echó a correr, y yo, con ellos. Se escucharon algunas explosiones a mi espalda,
era el ruido de las pelotas de goma al ser disparadas. Al llegar a la plaza de Canalejas, y sabiendo
que en la puerta del Sol había varios furgones de antidisturbios, temiendo que
pudieran hacer una pinza (ya lo han hecho en otras ocasiones) decidí, junto con
un amigo, que sería más seguro salir del lío. Me refugié en la calle de la Cruz. Desde allí, he tenido el
desagradable y dudoso honor, de ser testigo de cómo las UIP cortaban no solo la
plaza de Canalejas, sino que taponaban la propia calle de la Cruz, por ambos extremos.
(Había unidades también en el extremo contrario de esta calle). Un coche de
policía municipal y varios vehículos más quedaban atrapados en el tremendo
follón.
He visto y escuchado como
los municipales se bajan del coche y uno le decía al otro "tenemos que abrir
esto para que la gente pueda salir" Ese
coche patrulla, salía hacia la plaza de Santa Ana, donde se colocaba a la
altura del hotel Reina Victoria, para mantener abierta la única salida que los
antidisturbios no habían cortado todavía.
Cargaron por la calle de la Cruz, desde ambos
extremos, agolpando a la gente, que en
apenas ocho metros de ancho, hemos
corrido hacia la plaza de Santa Ana, por el embudo humano en que ha quedado
convertida la Calle Núñez
de Arce. Todas las personas que en ese momento disfrutaban de la noche
madrileña en los garitos (hay muchísimos
en esa zona) se han visto envueltas en
una terrible carga policial que no ha escatimado en disparar numerosas pelotas
de goma.
He sido testigo de cómo
el coche de los municipales, viendo la atrocidad de las UIP, ha avanzado hasta
el callejón Núñez de Arce, y ha obstaculizado el paso de los antidisturbios,
dando tiempo a la gente a que huyera por la plaza de Santa Ana, junto al hotel
Reina Victoria.
Los antidisturbios han
rodeado el coche de los municipales, y han cargado nuevamente, disparando las
pelotas de goma, en una plaza atestada de turistas. Las pelotas de goma, han
pasado rozando la fachada del hotel, estrellándose muchas veces en unos tiestos
que el hotel coloca en verano junto a la pared, cayendo delante de mí,
afortunadamente, ya sin fuerza. Botaban entre los que corríamos...
Hemos llegado a la plaza
de Jacinto Benavente, pensando que todo había pasado, pero no... las cargas se
han mantenido, las UIP, han aparecido en
la plaza, de la que traté de salir dirección a Tirso de Molina.
Cuando junto a los cines
Ideal, me he parado a hablar con dos municipales sobre la actuación de sus
compañeros y lo que estaba viendo esta noche, las UIP han cortado la calle en
la parte alta, y un contenedor de reciclaje de papel ha empezado a humear junto
a la plaza de tirso de Molina... en la parte baja. (El único acto violento no iniciado
por los antidisturbios que yo he visto hoy) Los antidisturbios no han tardado en aparecer
en la plaza.. y cargar nuevamente, y luego otra vez, en las calles del barrio
de Lavapiés, por varias calles a la vez, y en la plaza del mismo nombre... arrasando
con toda la actividad nocturna de garitos y terrazas que en ese momento
quedaban abiertos....
Finalmente, pude escapar
de la locura gubernamental a través de la calle del Casino.
Deleznable la actuación
de los antidisturbios, deleznable quien haya dado las órdenes, deleznable el
gobierno que lo respalde y ampare.
Cuando hace un año
ocupábamos la puerta del Sol, los mismos que hoy gobiernan decían que había
locales con cuantiosas pérdidas debido a nuestra actividad (cuestión que nunca
pudieron demostrar, de hecho, todavía estamos a la espera de que se muestren
públicamente los balances). Hoy, yo he sido testigo, en primera persona, de
cómo esas mismas personas, arruinan el negocio de cientos de hosteleros y ponen
en peligro la integridad física de miles de personas ajenas totalmente a la
manifestación. Turistas, estudiantes, etc, incluso una anciana, que sin saberlo
caminaba con su nieto por la calle, directa hacia donde se producían las cargas
y a la que afortunadamente hemos podido advertir para que se diera la vuelta.
Son las 4:29 AM, momento
en que termino este artículo. Con la
cabeza más serena, y mejor ánimo, tal vez en los próximos días pueda escribir
otro profundizando más.
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