La ira ciudadana va en aumento y se extiende
miércoles 18 de julio de 2012, 07:55h
Dice un titular de los que
hoy destaca El Mundo que preocupa en el Gobierno la escalada de la ira
ciudadana. O sea, que va cambiando la primera impresión, que expresaba la
esperanza de que las movilizaciones ciudadanas inmediatamente posterior al
anuncio de las reformas-recortes anunciadas por el Gobierno de Rajoy fueran
leves y pasajeras. Ni lo uno ni lo otro. Han ido a más, y amenazan con resultar
cada vez más masivas y contundentes. La ira ciudadana se extiende y estalla en
la calle y ante edificios particularmente representativos: Las sedes del PP y
del PSOE, el Congreso, el Ministerio de Hacienda... En concreto, el Congreso de
los Diputados lleva varios días protegido por vallas de gran altura y blindado
por la Policía. Este miércoles, día de Pleno de control del Gobierno, la
protección se incrementó y agentes de la Policía Nacional, como ya lo hicieron
el martes, restringieron el tráfico de la Carrera de San Jerónimo, limitando la
circulación de dos direcciones a un sólo carril controlado por agentes
nacionales, no municipales. La Puerta de los Leones -la principal de la Cámara
que 'protegen' los leones Daoiz y Velarde- se ha protegido también con vallas
que impiden a los turistas, y a los ciudadanos en general, acercarse a ella. El
Ministerio del Interior ha decidido incrementar la seguridad de la Cámara baja
dadas las protestas que se vienen produciendo estos días contra los recortes
acometidos por el Ejecutivo. Ya no hay mañana o tarde, en la que no se produzcan
convocatorias y nuevas movilizaciones. Para este jueves también se ha convocado una gran manifestación en
Madrid, coincidiendo con la previsión de que el Congreso convalide los ajustes
del Consejo de ministro del pasado viernes. El grupo Izquierda Plural
(IU-ICV-CHA) ha exigido la retirada de esa protección especial para el
hemiciclo. "Cuando una sociedad tiene que poner vallas para impedir el
acceso al Congreso, algo muy
raro está pasando", advertía Joan Coscubiela, de ICV,
tras la Junta de Portavoces. Coscubiela aseguró que estamos "al borde del
estado de excepción" y que con las reformas aprobadas, "el PP va en
contra hasta de su propio programa electoral", con lo que sólo le queda
"convocar un referéndum sobre las medidas adoptadas o dimitir".
"Los diputados no
necesitamos defendernos de los ciudadanos", insistió Coscubiela, "porque el peligro no viene de los ciudadanos,
el peligro viene de los especuladores y de los mercados financieros que han
arrancado la soberanía popular de donde debe estar". A su vez, el portavoz
de Izquierda Plural y secretario general del Partido Comunista, José Luis Centella,
reclamaba al presidente del Congreso, Jesús Posada, que se ponga en contacto
con el Ministerio del Interior para que se retiren las vallas. Centella explicó
la proposición no de ley que ha presentado su grupo para que se celebre un referéndum sobre los duros ajustes acometidos
por el Ejecutivo ya que incluyen "un cambio constitucional
encubierto". IU denuncia que la Constitución ya se reformó con la reforma
laboral, al superar los límites que ésta establece. Al considerar que estos
nuevos recortes vuelven a superar los límites, consideran necesario
"devolver la voz a la ciudadanía para que se pronuncie" sobre los
ajustes emprendidos. Recuerda la exposición de motivos que el artículo 92 de la
Constitución establece la posibilidad de que "las decisiones políticas de
especial trascendencia puedan ser sometidas a referéndum consultivo de todos
los ciudadanos". Así, continúan explicando desde Izquierda Plural, es el
momento de hacerlo y de "romper con la inercia de los pactos entre
partidos mayoritarios" o de "aplicar el rodillo de la mayoría absoluta y legislar por
decreto viernes tras viernes". Sucede, en efecto, que, tras la
intervención de Rajoy en el Contreso, y tras los acuerdos del Consejo de
ministros del viernes, todos los días de la última semana, los funcionarios se
están echando a las calles de Madrid contra los recortes a sus condiciones
laborales y a sus sueldos. A esta ola de protestas se han sumado en algunas
ocasiones, como el domingo y este martes, agentes de la Policía Nacional fuera
de servicio. Un centenar de ellos, convocados por los sindicatos Confederación
Española de Policía (CEP) y Unión General de Policías (SUP), se concentraron a
las puertas del complejo
policial de Canillas en Madrid, donde se celebraba un acto de
presentación de nuevos agentes para la capital, presidido por el director
general de la Policía, Ignacio Cosidó. Aunque los sindicatos esperaban que
estuviera también el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, finalmente
éste no ha acudido. Los agentes no iban de uniforme, y llevaban camisetas de
los sindicatos, gorras azules y ruidosas vuvuzelas. Frente a ellos, una docena
de compañeros de la Policía Nacional y algunos agentes municipales les impedían
el paso. Los manifestantes, cuya concentración había sido comunicada a la
Delegación del Gobierno y autorizada, según ha precisado el SUP, gritaban "fuera, fuera" a la llegada
de Cosidó y de otras autoridades como la alcaldesa de la capital, Ana Botella,
y la consejera de Presidencia y Justicia de Madrid, Regina Plañiol, recibidos con pitadas y bocinazos. El
portavoz policial indicaba que esta concentración pretende hacer ver al director
"el malestar por los recortes en las retribuciones y en los derechos
sociales en un colectivo ya maltratado de por sí, lo que pone en riesgo la
seguridad de los ciudadanos". El portavoz de otro sindicato señalaba que
al trabajador se le están "recortando derechos en beneficio de los privilegios
de los políticos" y ha criticado "cómo las autoridades venían en
coche oficial y respaldados por guardaespaldas". Con esta concentración,
la Policía Nacional ha iniciado su calendario de protestas después de varios
días en los que se han visto frente a frente con los manifestantes, también
funcionarios. Ya el domingo por la noche
tuvieron un gesto muy aplaudido y emotivo, cuando cambiaron cascos por
gorras y se aproximaron a los funcionarios que se manifestaban ante el
Congreso. Y éste es otro de los elementos que añaden preocupación al Gobierno,
que se queda sin nadie que les proteja y defienda...
Entre tanto, los funcionarios de la Administración General del
Estado siguen convocados durante toda la semana a reunirse a las puertas de
cada departamento ministerial y centros de trabajo. Con los brazos en alto, se
plantan en mitad de la calzada, e impiden el paso de los vehículos con los
brazos en alto y al grito de "Rajoy dimisión, manos arriba esto es un
atraco". También han coreado "con Fabra, Cospedal y Rajoy no comemos
hoy". Los empleados públicos
se quejan de que no se aprecia su labor,
ni el hecho de que hagan oposiciones. En el PP se recuerda que durante la
guerra de Irak, el entonces partido de Aznar ya padeció una persecución
parecida en las calles...