viernes 13 de julio de 2012, 08:11h
Lo malo de esta recesión no son los recortes
y las subidas de impuestos. No, que va. Eso son minucias. Lo peor es que cuando
ha llegado esta noticia a Buenos Aires, le ha pegado un "susto bárbaro"
a la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner.
Menudo disgusto, no vamos a pegar ojo esta noche.
Doña Cristina ha declarado que la crisis española casi le
amarga el desayuno, pues se quedó con "la tostada atragantada". Y
para culminar la gracia, definió al ministro de economía español, Luis de
Guindos, como el "pelado ese".
Para la presidenta argentina no hay otro problema económico
que el nuestro. Se olvida de que la economía de su país anda de mal en peor, que el costo de asegurar la deuda argentina contra
impago se elevó más que para cualquier otro país del mundo, que las
nacionalizaciones, los controles monetarios y las restricciones comerciales
están a la orden del día y que la corrupción se ha adueñado de la casta
política. La crisis argentina se cuela fácilmente en sus inmensas tragaderas,
pero la española es otra cosa, con la
española se le atraganta la tostada.
Por lo tanto, sería muy conveniente, por no decir necesario,
que la señora presidenta se dedicase en cuerpo, alma y tostada a no cultivar la
demagogia de mirar la paja en el ojo
ajeno, sin sacarse antes la viga del suyo. Porque eso atraganta mucho, oiga.
De esta forma, el desayuno presidencial no sería tan amargo,
y nosotros estaríamos más tranquilos, con nuestros problemas, con nuestros
recortes y con nuestros pelados.