Mariano Rajoy ha anunciado que, en contra de sus
promesas electorales, va hacer seis veces más recortes sociales que los que
hizo Zapatero en mayo de 2010. Esta es la noticia escueta: subida del IVA, una
paga menos a los funcionarios, rebaja de las prestaciones a los parados... Pero
detrás de estas medidas de claro tinte antisocial se mueven unas
consideraciones que implican algo tan duro como que España está tan intervenida
como Portugal, Grecia o Irlanda, pero que no ha sido 'rescatada' porque no hay
dinero para pagarnos. Y, en definitiva, que Rajoy se ha visto obligado a hacer
lo que le ha exigido Bruselas, mientras el principal partido de la oposición ha
sido cogido en una actitud de comparsa.
Setenta minutos para explicar que Bruselas, es
decir, el Ecofin y el Eurogrupo, ha dictado la sentencia para España y que el
presidente del Gobierno español,
Mariano Rajoy, no es más que su mero ejecutor.
Esta frase dicha por Rajoy este miércoles en el Congreso lo define todo: "Los
españoles hemos llegado a un punto en que no podemos elegir entre quedarnos
como estamos o hacer sacrificios. No tenemos esa libertad. Las circunstancias
no son tan generosas. La única opción que la realidad nos permite es aceptar
los sacrificios y renunciar a algo; o rechazar los sacrificios y renunciar a
todo".
No hace falta interpretar lo que Rajoy ha dicho a la
ciudadanía desde la tribuna del Congreso de los Diputados: 'estos recortes lo
impone Bruselas; España está intervenida; los recortes no tienen nada que ver
con los cien mil millones que vamos a recibir para sanear la banca; los
interventores europeos nos exigen estas reformas, y si no las hacemos, nos
echan del club'.
Eso explica que Rajoy, incumpliendo una vez más su
palabra de honor, haya subido 3 puntos el IVA general y 2 el reducido, les haya
quitado la paga de diciembre a los funcionarios -en definitiva, un 7,2 % de
media de rebaja de salario-, reduzca 600 millones de euros en gastos de los
Ministerios -fundamentalmente en cooperación-, amenace a los pensionistas con
una reforma global del Pacto de Toledo, suba los impuestos especiales
medio-ambientales, suprima la deducción por vivienda -ahora, que se producen tantos
desahucios a los que no pueden pagar sus hipotecas-, recorte otro 20 % en
subvenciones a partidos y sindicatos y, sobre todo, llame 'vagos' a cinco
millones de españoles en el paro y les diga que a los 6 meses de cobrar el
desempleo les va a bajar la prestación a la mitad para 'animarles' a buscar
trabajo... pero después de decir que en dos años no se van a poder crear nuevos
empleos.
"Estamos decididos a cumplir con nuestros
compromisos y nuestros socios esperan de nosotros la máxima responsabilidad,
disciplina y diligencia", ha dicho Rajoy en el Congreso, y explica con ello la
clave del mayor ataque a los derechos sociales que han recibido los españoles
en toda la democracia. Rajoy ya no manda en España, lo hace Bruselas y el
memorándum que los grandes de Europa han diseñado para nuestro país. Rajoy sólo
puede ejecutarlo.
Según nos confirman fuentes gubernamentales detrás
del 'rajoyazo' de este miércoles se encuentra el 'recálculo' de la senda del
déficit público en España: Europa nos admite un año más para llegar al 3 %, y
nos amplia la horquilla, pero exige sacrificios. Lo que el Ecofín y el
Eurogrupo le han dicho a España es sencillamente esto: 'usted tiene que
recortar para llegar a los límites fijados, y ahora usted decide dónde corta;
pero cortar, tiene que cortar'. O lo que es lo mismo: 'Yo le facilito liquidez
a sus bancos hundidos -especialmente Bankia-, pero a cambio de que usted cumpla
con el déficit; es decir, con el memorándum'. Y es que en el marco europeo han
cambiado las previsiones económicas y presupuestarias.
En su réplica a los grupos parlamentarios en el
debate de este miércoles en el Congreso, Rajoy fue suficientemente explícito:
"No hay condicionalidad económica" para recibir los 'hasta' 100.000
millones para la banca, pero sí las hay en las "recomendaciones" de
la Unión Europea. En el argot comunitario, 'recomendación' equivale al ucase de
los zares o al fiat latino: es decir, 'hágase'. Así lo cuenta Rajoy: "Ahora la situación recesiva y las Recomendaciones aprobadas ayer en el
ECOFIN, en el marco del Procedimiento de Corrección de Déficit Excesivo,
aconsejan no sólo reducir los gastos, sino incrementar los ingresos".
¡Hágase!
De los 27 Estados que conforman la Unión Europea hay
17 países sometidos a 'procedimiento de déficit extraordinario' [entre ellos, y
especialmente, España, por haber incumplido el déficit] y ahí sí hay
recomendaciones que las aprueban el Eurogrupo y el Ecofín. Son las palabras del
propio Rajoy, que reconoce explícitamente el 'grado de intervención' al que nos
vemos sometidos.
La razón es evidente, las cifras son alarmantes: el
montante total de la deuda española acumulada durante los gobiernos de Zapatero
equivale a un año de todo el Producto Interior Bruto (PIB). Es decir,
necesitaríamos un año sin gastar nada ni para comer para quedarnos a cero. Es evidente
que eso no se puede hacer, pero Bruselas exige una reducción al 3 % del PIB -estamos
casi en el 9 %-, y de ahí las 'recomendaciones' que Rajoy se ha dispuesto a
cumplir, pero cargándolas sobre las espaldas más débiles.
La oposición socialista, y los nacionalistas de
derechas, se han visto cogidos en pinza. Conocen la realidad del país: Rubalcaba
mucho más que Durán y que Erkoreka, porque Rubalcaba fue un gran gerifalte -en
su cuarta acepción- en el Gobierno de Zapatero, y han usado 'guantes de seda' en
el debate de este miércoles.
Pero incluso ellos han quedado escandalizados ante
los argumentos dados por Rajoy para reducir a la mitad la prestación por
desempleo a los 6 meses de estar cobrando el paro "para animar a la
búsqueda de trabajo": previamente, Rajoy había confirmado que durante dos
años estaremos en recesión y que ya había advertido que no se iba a crear
empleo. ¿Hay mayor contradicción?
He aquí lo que ha dicho, textualmente, Rajoy: "Se va a proceder a una revisión del modelo de prestaciones por desempleo,
garantizando que éstas no generan efectos desincentivadores en la búsqueda de
empleo, siguiendo el ejemplo de algunos países de la Unión Europea. No se
modificará el periodo máximo de duración de la prestación, veinticuatro meses,
y se mantendrá el importe actual durante los primeros seis meses de la misma;
pero, para animar la búsqueda activa de trabajo, los nuevos receptores que se
incorporen a la prestación la verán reducida a partir del sexto mes del 60 por
100 al 50 por 100 de la base reguladora".
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Lea íntegra la intervención de Rajoy