En las primeras horas de la histórica jornada
electoral que se celebra hoy en Libia, la primera desde 1964, el júbilo
desbordado de los habitantes de Trípoli, en el oeste, contrastaba con
la incertidumbre mostrada por los votantes de Bengasi, donde un colegio
electoral fue asaltado por hombres armados.
En la capital del país, numerosos vehículos
recorren los barrios de la ciudad con banderas y tocando el claxon para
festejar las elecciones al Consejo Nacional General, que sustituirá al
actual Consejo Nacional de Transición, máxima autoridad del país desde
el estallido de las revuelta popular armada que acabó con el régimen de
Muamar al Gadafi.
Al igual que ocurrió el pasado 20 de agosto,
cuando comenzó el levantamiento que expulsó a las fuerzas de Gadafi de
Trípoli, las mezquitas de la ciudad e incluso los colegios electorales,
comenzaron a gritar al unísono "Allahu Akbar" (Dios es grande), para
alentar a los habitantes a acudir a votar.
Tras ejercer su
derecho al sufragio, el primer ministro transitorio, Abderrahim al Kib,
aseguró que las elecciones "se están llevando a cabo de manera
extraordinaria, aunque con alguna excepción".
Al Kib, que
depositó su voto en la céntrica escuela tripolitana de Ali Aurit,
subrayó que "los libios sorprenderán al mundo" con estas elecciones e
indicó que la situación de seguridad "es estable y está bajo control".
Sin embargo y
a pesar del gran despliegue de seguridad, el ambiente
festivo que se vive en la capital contrasta con la situación en Bengasi,
la segunda ciudad del país, y en otras localidades del este del país,
donde se han producido varios agresiones contra centros electores, que
han forzado a suspender momentáneamente las elecciones en las
localidades de Ajdabiya y Brega.
Según una fuente de seguridad de
Bengasi, grupos de libios defensores del federalismo, que consideran
que el este del país estará infrarrepresentado en la asamblea
legislativa que se elige hoy, y algunos islamistas radicales irrumpieron
en varios centros de voto y quemaron o robaron las urnas, poco después
de la apertura de los colegios.
Un fuente de seguridad de
Ajdabiya precisó posteriormente que la votación se había reiniciado en
toda la ciudad, excepto en las escuelas "17 de febrero" y "Atiya".
Asimismo en Bengasi, donde la participación durante las primeras horas
de la jornada ha sido tímida debido al temor a que se produzcan
agresiones contra los centros de voto, según precisó una fuente de
seguridad, un grupo de hombres armados irrumpió a tiros en un colegio
electoral y se llevó las urnas y las papeletas.
La fuente agregó que los votantes del colegio agredido denominado Al Aluiya, han sido transferidos a un centro cercano.
Por otra parte, la televisión estatal ha informado de que en la
circunscripción de Al Wahat, situada en el sureste, todavía esperan la
llegada de las urnas para poder abrir los colegios.
Asimismo en
la localidad de Torka, a 70 kilómetros al este de Bengasi, también se
han cerrado temporalmente los colegios debido a varias agresiones.
Desde el pasado marzo, numerosas voces se han levantado en la región
de la Cirenaica (este) a favor de una Libia federal y en contra de lo
que consideran una marginación política de Bengasi, que fue capital
rebelde durante los ocho meses que duró el levantamiento popular.
Desde hace dos días grupos de manifestantes mantienen cerrados varios
puertos petroleros en la región de Brega para exigir un reparto más
equitativo de los 200 escaños del Consejo Nacional General.