Lujo en tiempos de crisis
lunes 02 de julio de 2012, 09:31h
Nunca
antes se había conocido en el sector
una situación tan crítica. La venta de coches_ ese símbolo externo de
libertad y riqueza en nuestros tiempos, está cayendo en picado y con una aceleración constante desde el comienzo de la crisis en 2008. Pero la regla general tiene también excepciones: los
coches de lujo. Las marcas premiun o de alta gama como Audi, BMW o Mercedes . Y no digamos Jaguar, Ferrari o Porsche,
cuyas ventas _como el velero pirata de Espronceda_, a pesar de la que está
cayendo, siguen
"viento en popa, a toda
vela".
En otro sector , el inmobiliario,
especialmente castigado también por la
crisis, , arquitectos y promotores consideran que los pisos de lujo se venden
igual que los Ferrari o los Lamborgini y, precisamente por eso, la
construcción de viviendas de máximo lujo
no ha decaído tampoco en nuestro país.
Ricos
y caprichosos pueden llevar en la muñeca un reloj de más
de 300.000 € y dejarlo olvidado en un lavabo de gasolinera como quien olvida recoger los 3
€ de la vuelta, después de parar
a tomar un piscolavis. Otros
especímenes de esta especie inmune a la crisis son también capaces de pagar por una
cámara Leica dos millones de
euros. Aunque quizás sea el campo del
arte el más proclive para quienes la crisis es una denostada e incomprensible manía asentada
ya en el vulgo durante estos
últimos años. Las cifras que se
manejan en este campo son
turbadoras: 'Los jugadores de
cartas', de Paul Cézanne, ES el cuadro por el que más dinero se ha pagado hasta el momento en la historia de las subastas de arte. Fue en mayo de 2012CUANDO el estado de Qatar
desembolsó 191 millones de euros por el lienzo. De lejos, le siguen cuadros como 'Adèle Bloch-Bauer', de Gustav Klimt,
que se subastó poco antes del comienzo de la crisis en 104 millones de euros, o 'Desnudo,
hojas verdes y busto', de Pablo Picasso,
subastado en 2010 en Christie's por 81,9 millones de euros.
Al alcance de unos
pocos
Vale,
puede ser... son objetos únicos,
artísticos, tecnológicos, que se
pueden poseer, ver y tocar durante
muchos siglos más... Pero el lujo
alcanza muchos otros campos
del capricho y la emoción que pueden llegar , incluso, hasta una botella de vino. ¿Hasta
cuánto se puede pagar por
una botella ? Hace también
muy poco tiempo, una rarísima botella de vino amarillo de 1774 fue
vendida en Suiza por 38.385 euros. En la misma subasta se ofertaron un total de 779 lotes
de vinos valorados en 1,7 millones de euros...
No
lo entiendo, lo confieso. ¿El coste de una cosa es siempre
el valor que tiene? No, no siempre, porque lo hemos aprendido muy bien estos últimos años
con nuestros pisos. Están sobrevalorados, han caído, y van a seguir
haciéndolo durante bastantes meses más, según nos aseguran
los expertos.
Pero,
claro, probablemente no podemos entenderlo porque estamos muy lejos de
tener la capacidad adquisitiva
suficiente para comprarnos
un Van Gog, un piso de lujo
en pleno centro de Barcelona o Madrid,
un Ferrari o una cámara Leica. Si lo tuviésemos,
seguramente nuestra capacidad de
comprensión adquiriría unos límites
mucho mayores que la actual. Digo
yo.
Columnista y crítico teatral
Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)
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