¿Punto y aparte o punto y seguido?
viernes 15 de junio de 2012, 15:15h
Con la marcha de Javier Arenas de la Presidencia del PP andaluz y su sustitución por Juan Ignacio Zoido,
se abre una nueva etapa en esta formación política que plantea aún
muchos incógnitas sobre su futuro a corto y medio plazo, La personalidad
y el liderazgo ejercido por Arenas durante tres décadas no se pueden
borrar de un plumazo ni su herencia echarse en saco roto. Con sus luces y
sus sombras, la dirección de "El niño" ha sido vital no sólo para
lograr ese reto impensable hace tan sólo una década de arrebatarle la
victoria en las urnas a la todopoderosa organización socialista, sino
para la propia supervivencia del centro-derecha andaluz marcado siempre
por luchas intestinas por el poder y por envidias que amenazaban con
romper en pedazos un partido que nunca había confiado en sus verdaderas
posibilidades. En estos momentos, el PP-A que hereda Juan Ignacio Zoido,
es un partido bien estructurado al que sólo le falta asentarse en los
pequeños núcleos de población del interior de la comunidad, es la
primera fuerza política en Andalucía, gobierna en las ocho capitales con
mayoría absoluta y en la mayoría de las poblaciones con más de
cincuenta mil habitantes, en cinco Diputaciones y en las zonas más
desarrolladas del territorio andaluz y, si sabe jugar bien y
pacientemente sus cartas, es posible que en la próxima cita electoral,
ya sea en 2016 o antes, se haga por fin con el Gobierno de Andalucía.
Una asignatura pendiente que, digan lo que digan los agoreros del
desánimo, no es un reto imposible de conseguir.
Y todo ello, le pese a quien le pese, lo ha logrado un político de raza, Javier Arenas,
quien ha dado su vida por Andalucía apostando por una alternativa
democrática y moderna al régimen socialista que lleva más de treinta
años rigiendo los destinos de esta tierra. Su marcha, sorpresiva y
quizás algo precipitada, es un ejemplo también para los que se aferran
al cargo. Aquella frase que pronunció en la sede de San Fernando durante
la noche electoral del 25-M, "hasta aquí hemos llegado", era un anuncio
claro de un relevo sin traumas ni imposiciones. Nadie le ha forzado a
marcharse. Él mismo ha sido quien ha decidido que, a sus 55 años, le ha
llegado la hora del relevo y de la entrega del testigo a otros
compañeros que puedan mejorar su gestión. Ahora serán muchos los que
quieran hacer leña del árbol caído, pero ahí está una biografía y un
curriculum que escasos políticos andaluces podrán superar.
Le toca ahora el turno al alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido un valor en alza en el PP después de haberle arrebatado por mayoría absoluta a Alfredo Sánchez Monteseirín la
Alcaldía de la "joya de la corona socialista". A "Juaninnasio", como le
llaman en Sevilla, nadie le ha tildado nunca com o "el niño" pese a
tener la misma edad que Javier Arenas, 55 años, y poseer ya una amplia
trayectoria política. Le conocí allá por la época de la Exposición
Universal de 1992 cuando era decano de los jueces sevillanos, pero no
entablé una relación más cercana hasta su nombramiento como delegado del
Gobierno en Andalucía, donde llegó en 2002 procedente del mismo cargo
en Castilla-La Mancha .Desde entonces ha contado con su amistad
demostrada reiteradamente, sobre todo en los graves momentos personales
que sufrió con la pérdida de su hijo, y cuando en 2007 el PP le nombró
candidato a la Alcaldía de Sevilla y logró superar por primera vez en
las urnas a Alfredo Sánchez Monteseirín aunque no consiguió hacerse con
la Alcaldía gracias al pacto PSOE-IULV-CA. Su inagotable labor como jefe
de la oposición, pateando diariamente todos y cada uno de los barrios
de la capital hispalense, y denunciando las tropelías del tándem
Monteseirín-Torrijos, le hicieron ganar por una amplia mayoría absoluta,
consiguiendo 20 de los 33 concejales, las elecciones municipales de
2011. Una victoria que marcó su imparable ascenso dentro del PP
andaluz y que ha propiciado su nombramiento como presidente del partido
que
será sin duda ratificado ampliamente en el Congreso regional del próximo
mes de
julio.
La cuestión que se plantea ahora es buscar el candidato más idóneo del PP para enfrentarse a Pepe Griñán en
los próximos comicios andaluces, previstos en principio para la
primavera de 2016. Parece que a muchos le han entrado las prisas, pero
sería mejor que se tranquilizaran los ánimos. Zoido ya ha dejado claro
que su siguiente reto es la presidencia regional del partido continuando
como alcalde de Sevilla, su primera y mayor preocupación y abandonando
la presidencia de la FEMP. La búsqueda del mejor candidato es una tarea
que puede aplazarse varios meses y en la que debe contar también con la
opinión de Javier Arenas. Por eso sería bueno que el nuevo líder
del PP andaluz no hiciera en julio un punto y aparte sino un punto y
seguido y contara con todas las sumas del partido, incluídas aquellas
que no son muy aprovechables porque nadie sabe aún donde puede estar el
mirlo blanco capaz de liderar el asalto final al Palacio de san Telmo.
una incógnita que no se debe forzar hasta haber jugado todas y cada una
de las bazas posibles. Y en eso Juan Ignacio Zoido tiene la
suficiente experiencia. No en balde tuvo que lidiar durante cuatro años
con un pacto PSOE-IULVCA que también a él le arrebató en su momento la
Alcaldía de Sevilla.