Cristina Fernández, la mujer
más polémica de Argentina, no es más que un bluf surgido a la sombra de su
marido, Néstor Kirchner, que le propinaba sonadas bofetadas para poner 'las
cosas en su sitio'. Así se puede leer en una demoledora biografía de la
presidenta argentina que la muestra como lo que en realidad es: humo por dentro
y por fuera. Pero, ¿por qué apoyan los argentinos a la señora Fernández? ¿Cuál
es la verdadera historia de la expropiación de Repsol YPF? ¿Quién manda de
verdad en Argentina? El libro de la periodista Sylvina Walger, que acaba de
llegar a España, amenaza con demoler los cimientos de la Casa Rosada.
Cristina Fernández es una
mujer "extremadamente autoritaria, amargada y arbitraria". Es lo más suave
que la periodista Sylvina Walger, conocida por su trabajo en medios como
Newsweek o La Nación, escribe sobre ella en su libro "Cristina: toda la
verdad sobre la presidenta argentina". Un libro que acaba de llegar a
España y que derriba desde sus cimientos el mito de la viuda de Néstor Kirchner.
El libro ya se publicó en Argentina y removió las paredes de la Casa Rosada,
pero ahora llega a España en una edición actualizada y ampliada... con presuntas
corruptelas como la expropiación de Repso-YPF.
Walger, una excelente conocedora
de la trayectoria de la presidenta, narra la esforzada lucha de Cristina
Fernández, hija de un humilde conductor de autobús, por llegar a la Casa
Rosada. Sus años al lado de Néstor Kirchner y, desde 2007, su labor como
presidenta de Argentina (aunque al principio, según dicen, la mano de Néstor
estuvo más presente de lo que a ella le gusta admitir: le propinaba sonadas
bofetadas) son minuciosamente diseccionados en este libro lleno de jugosas
anécdotas y reveladores testimonios. Anécdotas, pero que ponen de manifiesto
como Cristina Fernández es un bluf, una presidenta manejada por oscuros poderes.
La escandalosa
expropiación de la petrolera YPF, un ataque en toda regla a la economía
española en su peor momento, merece también un afilado análisis: Fernández
expropió en un gesto similar al de la Junta Militar argentina que declaró la
guerra a Gran Bretaña por las islas Malvinas: una excusa para aliviar las
tensiones internas que están provocando en Argentina sus profundas medidas
antisociales, como eliminación de ayudas, etc.
Sobre ella, escribe
Sylvina Walger: "Cuando la conocí a mediados de los 90, todavía se
apellidaba Fernández, a secas. De aquella senadora cuarentona, vestida siempre
con pantalones y con una sonrisa a flor de labios, es fácil apreciar en lo que
se fue convirtiendo Cristina: en una mujer extremadamente autoritaria, amargada
y arbitraria".