miércoles 30 de mayo de 2012, 08:19h
Si hay
un presupuesto donde se ha metido la tijera antes de que fuese necesario, es
precisamente el de Defensa. En los últimos cuatro años, los recortes acumulan
un 34% de un presupuesto, que siempre cubre lo mínimo indispensable. Aún así, la urgencia recaudatoria del Gobierno
es tan grande que ha llevado a rizar el rizo del despropósito. A partir del mes
de Julio, los soldados del Ejército de
Tierra tendrán que pagar la mitad de su menú diario, unos 2,80 euros por día. Esto no se lo
ocurre ni al que asó la manteca.
El
Gobierno no ha tenido valor para recortar los numerosos gastos suntuarios y
subvenciones inútiles que realizan las comunidades autónomas, ha hecho la vista
gorda ante partidas que podrían haberse reducido drásticamente, pero eso no, por favor, eso no se mira, eso no se
toca.
El
Gobierno tampoco ha tenido agallas para reducir las escandalosas indemnizaciones
recibidas por los banqueros que se han ido de rositas, después de haber dejado
arruinadas a las instituciones que dirigían. Solo faltaría darles ese disgusto.
Y por
supuesto, este mismo Gobierno suele mirar para otro lado cuando surge una voz
independiente que propone eliminar las subvenciones estatales a partidos
políticos, sindicatos y organizaciones empresariales. Hasta ahí podría llegar
la broma
Ante
esos posibles recortes, mucho más necesarios, el Gobierno calla como un
cómplice. Pero eso sí, afila el hacha de cortar por lo sano y le mete un tajo
implacable al rancho cuartelero.
Increíble, pero cierto. A partir de julio, el soldado que quiera comer
en el cuartel, tendrá que pagar la mitad de lo que vale el rancho.
Ni que
decir tiene que con esta medida no vamos a salir de la crisis, porque solo se conseguirán ahorrar unos 15
millones de euros, más o menos lo que
gana un financiero en una tarde tonta.
Se trata
por lo tanto del chocolate del loro. Pero en este caso no es un loro indignado
y protestón, es un loro uniformado que cuando se lo quitan de la boca, se
cuadra, saluda y responde. "A sus
órdenes".