Anticlericalismo rancio

         No teníamos bastantes problemas, y ahora los socialistas se agarran a una idea de la izquierda, para exigir que la Iglesia pague a los ayuntamientos el Impuesto de Bienes Inmuebles. Esto ha generado una gran polémica, y además ha dividido aun más a los ayuntamientos, incluso los gobernados por el socialista, que no acaban de verlo claro.
 
         La propuesta tiene un tinte demagógico, porque vuelve a sacar el mito de una Iglesia millonaria y prepotente,  bien distinta de la Iglesia de los Pobres de la que habla el Evangelio. Es carnaza para la izquierda radical, y demuestra un desconocimiento de la inmensa labor que la Iglesia Española está realizando en sanidad, en enseñanza y en prestaciones sociales.
 
         En cualquier caso, el Partido Socialista tuvo ocasión de exigir este pago durante los 20 años que estuvo en el Gobierno. Si no lo hizo entonces fue porque, cuando se gobierna se tiene sentido de Estado, y cuando se está en la oposición, el sentido de Estado desaparece y aparece el oportunismo.
 
         Mal oportunismo ha sido este. Reclamar el pago del IBI a la Iglesia, ha sido ahondar un poco más aún en la ceremonia de la confusión cuando hay que difundir claridad,  colocar una nueva cuña de división cuando hay que promover la unión, y generar desconfianza cuando los mercados exigen una  ilusión y entusiasmo.

         No es de extrañar que un socialista de casta, como Francisco Vázquez, afirme que con reclamaciones como esta, su partido socialista ya no es lo que era.
 
         La crisis económica no se soluciona haciendo que la Iglesia pague el IBI. Sin embargo, la crisis económica  se está aliviando hoy y ahora, gracias a organizaciones como Caritas, que dirige una Iglesia que está siendo denostada por una demagogia anticlerical y rancia.
 
         Solo nos faltaba ahora, eso, que volvieran los comecuras.