O todos, o los de siempre
jueves 17 de mayo de 2012, 08:01h
Ayer en el Congreso de Diputados, en la
sesión de control al Gobierno, compareció el presidente Rajoy para decir una
vez más que se estaba haciendo lo correcto, que los recortes eran necesarios
para atajar el déficit, y que no teníamos más remedio que soportarlos para
salir de la crisis. En definitiva, no dijo nada que no supiéramos, y por el
tono de su voz, su breve alocución no
contribuyó mucho a generar entusiasmo.
Esta vez la propuesta constructiva vino
de Alfredo Pérez Rubalcaba. Su voz sonó sincera y convincente. Afirmó que si
antes era bueno el diálogo, hoy ya es imprescindible. Un dialogo a muchas
bandas, entre oposición y gobierno, entre las comunidades autónomas y el estado,
entre los sindicatos, los empresarios y las instituciones. Y un diálogo con un objetivo bien claro.
Pactar una política de recuperación y de crecimiento que defendamos todos con
la misma voz en Europa.
Rajoy ha recibido una mayoría absoluta
de las últimas elecciones, pero esto no ha sido un regalo, sino un préstamo, no
es una patente de corso para hacer de su capa un sayo, es simplemente un
instrumento para seguir teniendo poder de decisión, cuando se han cerrado todas
las puertas del dialogo.
Esas puertas aún no se han abierto. Hay que hablar más, hay que concitar más
voluntades. Hay que proyectar la imagen
de un país unido que está poniendo todos sus esfuerzos para salir de esta
crisis. Mucha razón tiene Rubalcaba cuando afirma: "Yo
se que hay gente que piensa que el dialogo y el acuerdo debilita, yo creo que
es justamente lo contrario. Que los grandes países son fuertes cuando hacen
frente a las crisis y España es un gran país que lo esta pasando muy mal".
Si la crisis se empeña en que haya
vencedores y vencidos, no podemos darle ese placer. Si jugamos a las peleas de rivales, y a las
luchas fratricidas, debilitaremos nuestras fuerzas, y al final, los mercados, con
sus voraces primas de riesgo, se
llevarán lo poco que nos quede.
Para que Europa nos haga caso y se fíe
de nosotros, no basta con un gobierno con mayoría absoluta, eso lo estamos
viendo, es necesaria la unanimidad promovida por un gran pacto de estado, con
todos los partidos políticos, todas las fuerzas sociales, y todas las instituciones
democráticas.
Solo una España unida, esforzada,
ilusionada y entusiasta puede salir de esta.
Porque la lección está bien clara. O nos unimos todos, o solo se
salvarán los de siempre.