El motor franco-alemán 'Merkozy', que pretendía llevar a la Unión Europea por el camino de la prudencia extrema y el ahorro, tiene ahora un firme defensor de las teorías sobre el crecimiento, opuestas al programa de austeridad fiscal impuesto por Alemania. El nuevo presidente francés es el gran convencido de que esta política de ahorro estrangula las posibilidades de recuperación de la eurozona y mete a las economías más frágiles, como el caso de España, en una espiral de ajustes del que les resultará muy difícil salir con capacidad de crecimiento.
No está tan claro el modeloLa victoria de Hollande abre las puertas a un nuevo modelo económico en Europa, pero no está tan claro que la canciller alemana vaya a dejar de defender y aplicar las ideas que mantenía cuando Sarkozy era su valedor para la germanización de las finanzas europeas. A pesar de que últimamente
Ángela Merkel parecía haber aflojado la presión, aviniéndose al menos a hablar sobre políticas para dinamizar la actividad, sólo un terremoto político en Alemania podría otorgar a Hollande el margen de maniobra que muchos le suponen. Y el presidente electo francés no ha dado durante la campaña electoral demasiadas respuestas a los problemas que se plantean en su país: ha hablado mucho de justicia social, pero muy poco de crear riqueza; quiere reducir el déficit presupuestario subiendo impuestos, sin recortar el gasto público.
Pero lo que sí está claro es que al menos,servirá para flexibilizar los criterios de cumplimiento del déficit en Europa, lo que de paso podría beneficiarnos, tras la dura lucha mantenida por el equipo de Rajoy en Bruselas para que se flexibilizará la reducción del déficit público este año.
En lo que respecta a una renovación del eje francoalemán tan firme como la mantenida por el expresidente Sarkozy y la canciller alemana, las cosas no están tan claras. Merkel tendrá como aliados a
Van Rompuy, Barroso y Draghi, lo que sugiere que no se cederá en el pacto de estabilidad, limitándose la operación crecimiento a un ejercicio cosmético. Por eso se trabaja en idear mecanismos de ingeniería financiera para vender los mismos fondos disponibles bajo una envoltura acorde con el debate abierto. Sin embargo, la llave para crecer sigue siendo la confianza y el acceso al crédito en condiciones razonables. Y para ello es necesario enderezar las cuentas públicas y recobrar la competitividad perdida. y en esta operación cosmética la presidenta alemana podría encontrar en el presidente Mario Monti a su nuevo aliado. Un eje italo-alemán no sería descartable, e incluso hispano-alemán, si Rajoy consigue atraer a la siempre desconfiada alemana de todo lo que huela a mediterráneo.
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Rajoy no elige entre Hollande y Merkel: el modelo de crecimiento es compatible con la austeridad alemana