Malos tiempos para Merkel, la suerte está echada
viernes 04 de mayo de 2012, 12:22h
Tic tac Tic Tac. La capital comunitaria espera pacientemente que el
domingo por la noche se conozca el nombre del futuro inquilino de El
Elíseo. Todo está como suspendido, hablado, requetehablado, pero en un
impass. El cambio de rumbo en las políticas europeas parece no tener
vuelta atrás. Sea quien sea el ganador de las presidenciales francesas.
Si sale vencedor el socialista François Hollande otros actores en
liza, hasta ahora apartados por la mano de hierro de la canciller
alemana Angela Merkel como el Parlamento y la Comisión europeos,
entrarán en tromba con sus propuestas para alentar el crecimiento. Pero
incluso si repite el conservador Nicolas Sarkozy, éste gozará con una
nueva legitimidad que le devolverá los bríos del comienzo de su
matrimonio con la alemana, y podrá imponer debates que habían quedado en
nada como la tasa sobre las transacciones financieras o los eurobonos.
Por
otra parte, aunque algunos han querido presentar a Hollande como la
encarnación peligrosa del funcionariado, el gasto y la deuda, lo cierto
es que su margen de maniobra económica y presupuestaria es estrecho,
limitado por los compromisos ya adquiridos por Francia, véase el pacto
fiscal, y la presión de los mercados.
El candidato socialista ha
prometido que hará menos recortes drásticos y elevará los impuestos a
los más ricos para financiar la creación de empleo, en particular un 75%
a las personas que ingresen más de un millón de euros, pero lo cierto
es que en Bruselas no se cree que Hollande deshaga el camino hecho a
favor de la austeridad, sino que intentará transitar por ella con mayor
criterio de "justicia social" y abanderará la negociación de un futuro
pacto por el crecimiento.
El problema se presenta, se mire por
donde se mire, para Merkel, quien -no hay que olvidarlo- fue rechazada
por Sarkozy para participar en su campaña electoral. Según el liberal
Otto Graf Lambsdorff, el gobierno federal tendrá un gran problema si no
gana Sarkozy porque habrá perdido a su mejor aliado a favor de la
cultura de la estabilidad del euro.
La canciller, que se
enfrenta a su vez a las elecciones en 2013, tendrá además que bailarle
el agua a los socialdemócratas alemanes, pues todavía no se ha aprobado
el Pacto Fiscal en el parlamento alemán y su voto es necesario para
sacar adelante el texto. Por tanto, si gana Hollande será muy fácil para
ellos sumarse a la idea de añadirle un anexo para el crecimiento,
dejando a Merkel por único camino la negociación.