¿Llegará a tiempo el salvamento?
lunes 30 de abril de 2012, 08:15h
La señora Merkel tiene fama en
Alemania por su enorme habilidad para robarle el viento a las velas de sus
adversarios políticos. En varias ocasiones, la socialdemocracia alemana ha
visto como una alternativa suya era adoptada anticipadamente por la Canciller,
que era capaz de cambiar de parecer y adoptar rápidamente la propuesta si le
parecía ventajosa. Pues todo parece indicar que esa habilidad la proyecta ahora
a nivel europeo. Nadie va a convencer a Angela Merkel de la necesidad de
impulsar el crecimiento y de su correspondiente respaldo financiero. Ella ya lo
acaba de proponer a las instituciones europeas, desdiciéndose a sí misma en
cuanto a su rechazo previo de otra cosa que no fuera estabilidad
presupuestaria.
Bueno, no importa de qué manera
llegue, el asunto es que ese plan llegue: que Bruselas inyecte esos 200.000
millones de euros en infraestructuras, energía, tecnología y otros ámbitos,
para que las economías europeas en recesión puedan sacar la cabeza del agua
sucia. La gran pregunta, especialmente en España, es si llegará a tiempo ese
salvavidas para nuestra economía. Porque lo cierto es que no podemos seguir
esta lucha sin cuartel para defendernos de los mercados cada lunes y cada
martes; no podemos seguir recortando de aquí y de allá, porque tenemos miedo de
no cumplir a fin de año con el compromiso de déficit. Y no podemos mantenernos
así porque el cuerpo social no lo aguanta. Es cierto que las movilizaciones de
este domingo no han sido precisamente masivas. Pero no hay que confundirse al
respecto: el malestar de la gente sigue creciendo y eso sólo puede tener una
perspectiva negativa.
Afortunadamente, el primer efecto que
ha tenido ese anuncio de inyección financiera ha consistido en asemejar
bastante el discurso de los líderes políticos ante la crisis. Este domingo
hemos visto al Presidente de Gobierno asegurando que es el primer convencido de
que hay que impulsar el crecimiento para salir de la recesión, aunque hay que
seguir cumpliendo con el equilibrio presupuestario. Y también hemos visto a
Pérez Rubalcaba asegurar que "los socialistas no queremos gastar lo que no
tenemos" y que es necesario el equilibrio financiero (y los recortes), aunque
hay que impulsar paralelamente el crecimiento. Cierto, escuchando a los líderes
del PSOE parece que el Gobierno de Rajoy disfruta enormemente desmontando el
Estado de Bienestar. Pero yo creo que ese socorrido discurso tiene cada vez
menos credibilidad en la opinión pública. Rajoy está haciendo cosas que no le
gustan y que, desde luego, nada tienen que ver con el proyecto centrista que
proyectaba impulsar.
El problema de Rajoy es otro y es que
sigue medio autista respecto a la presión social. Ya lo ha repetido este
domingo: pueden seguir protestando, que cada viernes habrá más reformas.
Todavía no entiende -y es imposible saber si algún día lo hará- que gobernar un
país no es como dirigir una reunión de gabinete. Que se necesita también
destreza explicativa, tirón de liderazgo, capacidad comunicativa.
Así que ojalá llegue el salvamento
antes de que la cosa empeore mucho más y entremos en un proceso de
ingobernabilidad. Lástima que en este país, aunque mejore la situación
económica, no parece que la cultura política vaya a mejorar paralelamente.
Seguiremos viendo como los principales "responsables" políticos continúan
acusándose de todos los males imaginables. ¿Hasta cuándo? Esa sí que una
pregunta difícil de responder.