lunes 16 de abril de 2012, 10:27h
Sarkozy y
Rajoy son diferentes. Pero tienen algo en común: Sus apellidos terminados en
"y", cosa poco frecuente. Una letra que, de suprimirse, permitiría sincoparlos
y llamarlos Sarko y Raxo, bisílabos más castizos. Por lo demás Sarkozy es
extrovertido y parlanchín y Rajoy introvertido y reservado. A Sarkozy le gusta
hablar en alto aunque sea bajo y a Rajoy le gusta hablar en bajo aunque sea
alto. En la tribuna Sarkozy destaca y Rajoy disimula. El humor de Sarkozy es
sarcástico y el de Rajoy irónico. Pero la "y" es una letra copulativa que los
vincula a pesar de sus diferencias. Son Rajoy y Sarkozy porque ninguno de los
dos quiere ser Zapatero sino cumplidores de la "regla de oro" para la
austeridad presupuestaria.
En trance
electoral es difícil saber si a Rajoy se le votó por sus propios méritos o porque
era la única posibilidad de acabar con el ciclo zapateril. En su trance
electoral, Sarkozy ha descubierto que le es más útil referirse a Zapatero que a
los éxitos de su propia gestión. El fantasma de Zapatero deambula a ambos lados
de la frontera como una sombra temible. Aquel "ya no hay Pirineos" es ahora no
votar socialista para evitar el efecto Zapatero.
De nada sirve
que Hollande y Rubalcaba no sean a la vez herederos de Zapatero en el mismo
grado. Rubalcaba pretendió suceder a Zapatero directamente, Sarkozy pretende
sucederse a sí mismo y que François Hollande sea el sucesor imaginario de
Rodríguez Zapatero. La herencia no estaría contaminada por una gestión presidencial,
según Sarkozy, sino por las ideas. Quienes denunciaron la "insoportable
levedad" de Zapatero no observaron que, a pesar de su aparente vaciedad, el
ayer presidente era un insospechado peso pesado ideológico capaz de desviar del
buen camino a los políticos del futuro.
Estos
personajes se mueven en un escenario como el de "Sé infiel y no mires con quién"
aquella comedia que más merecía llamarse juguete cómico de puertas de abrir y
cerrar por donde siempre aparece o puede aparecer Zapatero y por donde
transitan Rajoy y Sarkozy con su "y" final que es como el recuerdo de la
amenaza griega que ha conseguido que el mapa económico de la señora Merkel no
tenga otra expansión posible que su occidente franco-español. Un
postzapaterismo mediterráneo la dejaría casi sola, como a Blancanieves,
haciendo las labores caseras a los enanitos del bosque central europeo. Rajoy y
Sarkozy son, con su "y" griega final, como el último aviso a los navegantes
para alejarse con votaciones de la tormenta antes de que sea demasiado tarde,
cuando los italianos se cansen de su improvisado tecnócrata y los edificios de
la Unión Europea comiencen a ser asaltados por "okupas".
Ex diputado y ex senador
Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.
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elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
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