Rajoy merece confianza, pese a todo
miércoles 11 de abril de 2012, 17:50h
Un país que, en poco más de cien días desde que tomó posesión, está quemando a su presidente del Gobierno, al partido que obtuvo mayoría absoluta en unas elecciones celebradas hace menos de cinco meses, a parte de las instituciones --incluyendo la Corona--, al estado de las autonomías, a su arquitrabe bancario y empresarial, es, sin duda, un país que ha entrado en la locura. Un país que vive en el delicado equilibrio entre su dependencia exterior y las exigencias interiores es, sin duda, un país que se halla muy débil. Un país al que le brotan los dirigentes antisistema tiene una grave enfermedad. Un país una parte de cuyos medios de comunicación se dedican a denigrar su potencialidad como nación tiene que hacérselo mirar. Y lo peor es que, muchas veces, esos medios de comunicación lo único que hacen es reproducir, magnificándolas, ciertas declaraciones de los propios miembros del Gobierno central del tal país, que dicen cosas como que, por ejemplo, estamos "en una situación límite" o que el estado de la cuestión es "crítico". Textual. Comprendo que sí, que la situación es delicada; entre otras cosas porque, como decía creo que era Galbraith, la economía es un estado de espíritu, no siempre dependiente de circunstancias objetivas. Tampoco digo que reproduzcamos la indeseable actitud de un Zapatero negando la existencia de crisis alguna y llamando "antipatriotas" a quienes de ella hablaban; de aquellos polvos, estos lodos. Pero ni tanto, ni tan calvo. Pasar de pretender ser la envidia de Europa a reconocerse el último mono de la UE puede llevarnos a una suerte de paranoia. Y me parece que no debemos caer en ella, por nuestra propia salud mental. Y física. Una parte de la debilidad de la situación española somos los propios españoles; cuánto siento tener que decirlo. La Gran Veleta Nacional pasa de otorgar mayoría absoluta a un partido, a un gobernante, a darle el estatus de pinpanpun en menos de cien días, mientras la eurooleada arrecia y los vientos huracanados de los mercados hacen jirones el velamen. Mariano Rajoy era la solución en noviembre y ¿es el problema en abril? Eso no puede ser así. Ha llegado el gran momento para que el presidente del Gobierno, lejos de huir de los micrófonos se enfrente a ellos y muestre su talla de estadista, en la que yo sigo creyendo: Rajoy, con casi once millones de votos a sus espaldas, merece confianza, tiene que merecerla, le hayamos votado o no en noviembre. En mi modesta opinión, la merecerá plenamente cuando proponga el gran triple pacto que desde todos los rincones le vocean: el puramente político con la oposición, el sindical y el autonómico. No puede batir el récord mundial de la impopularidad en menos tiempo. No sería justo. Ni nos conviene. fjauregui@diariocritico.com
Foro asociado a esta noticia:
Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (4)
5444 | vic - 13/04/2012 @ 09:25:08 (GMT+1)
Estamos ansiosos,porqué vemos que de las reformas de fondo que despejarian dudas,no se habla¿Que pasa con el Senado,que pasa con las duplicidades en la Administracion,que pasa con la resposabilidad en el gasto de las Comunidades,que pasa con una ley de competitividad que implique a todos? Si algo de esto no se toma en serio nos costará salir de esta debacle.
5428 | kroker - 12/04/2012 @ 10:06:13 (GMT+1)
@ santi.
Amén
5418 | sati - 12/04/2012 @ 10:06:10 (GMT+1)
La ciudadanía tampoco puede ser muy sensata en noviembre y ahora estar loca. Cuando hay una tendencia ciudadana puede ser por diversos motivos, todos ellos respetables o no, pero siempre producto de un descontento, incomodidad, pánico o vete tú a saber qué. Rajoy y sus voceros repitieron mil veces que ellos sabían manejar esto de la crisis y que sus medidas iban a ser no subir impuestos, etc,etc. Con 100 días sabemos que al menos algunas cosas eran mentira y no estamos muy convencidos de querer saber si el resto también son mentira. Confianza: ninguna.
5414 | Rosa Paredes - 12/04/2012 @ 10:06:05 (GMT+1)
Es todo un galimatías. El ciudadano además de quemado, está desequilibrado. ¿como no estarlo? El que tiene las habichuelas aseguradas, no tiene prisa alguna para que la "desfeita" que nos envuelve, se arregle. Lo malo es no tener nada que poner en el puchero. Es entonces cuando esos CIEN DIAS que marca el calendario y que ha pedido el gobierno para ver resultados, se convierten en eternidades...
No nos privamos de nada. Cinturones al zapatero para que haga nuevos agujeros donde apretar hasta cortar la respiración, y miedo a que el torrente nos arrastre... claro que otros que se lo "han montado mejor", están protegidos de esa tromba de agua...
Y a pesar de que la política me aburre soberanamente, pienso que sería bueno que los políticos, de todos los "bandos," se aunasen... ¡ vamos a dejarnos de pamplinas y de discutir en el Congreso de los Diputados, quien es el mejor!
De lo que se trata, por encima de todo, es de velar por los derechos de los más desprotegidos y desfavorecidos. Señores, hay millones de seres perdidos que no saben como invertir los años que les quedan de vida...
Con todo lo que pulula alrededor, nos hacen sentir como el trapecista oscilando en la cuerda floja y a punto de precipitarse al vacío.
La vocación en esta profesión, llamada Política, es fundamental. Si la misma no está, entonces es cuando se convierte en negocio. Si un médico no es vocacional y ama su profesión, se corre el riesgo de cometer, tras las puertas de ese quirófano, muchas negligencias...
Termino recomendándole a Don Mariano Rajoy, que no salga por el garaje. Mejor que lo haga por la calle y de la cara...
Los que esperamos fuera y con el corazón encogido, estamos ávidos de conocer de primera mano, las últimas noticias...
|
|