10.000 millones más en recortes y ajuste de gastos en Educación y Sanidad
martes 10 de abril de 2012, 08:09h
La política informativa del
Gobierno de Mariano Rajoy ha dado
ejemplos, en los últimos tiempos de no saber por dónde va ni cómo afrontar las
complicaciones que le plantea "el directorio de Bruselas". Estuvo lejos de
complacer al referido Directorio "la ocurrencia" de incorporar la amnistía
fiscal en los presupuestos, y pese a las palabras de aliento que siempre dan a
los políticos españoles, ha resultado claro que esos grandes números de 2012 no
han terminado de complacer. Sobre todo, por lo que tiene de incierto el
cumplimiento de los objetivos de déficit de los Gobiernos autonómicos. Y como
no terminan de fiarse de las cuestas españolas, se exige más y más. Lo había
reclamado, en primer lugar, el presidente del Banco Central Europeo, Mario
Draghi, que reclamó más reformas. Luego, trajo el recado el que para algunos
empieza a vislumbrarse como "el embajador de Merkel", el ministro Luis de
Guindos. Sus buenas relaciones con Junker, Olli Renh y el citado Draghi le
permiten saber lo que se cuece en Bruselas, y qué más se pide a las autoridades
españolas. De manera que el pasado jueves pudo anticiparse a los demás colegas
e incluso al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para advertir que serían
inevitables nuevos recortes, esta vez en Sanidad y Educación, las dos materias
básicas de los Gobiernos autonómicos. De Guindos nos sumió a todos en el
estupor más profundo: Rajoy llegó a anunciar hasta una docena de reformas "en
cartera", pero no estaban entre ellas las que el ministro incorporó, Educación
y Sanidad... Hasta el punto de que dejó a todos perplejos y aturdidos. Esos
nuevos recortes no estaban en los planteamientos de Rajoy ni de su Gobierno,
que finalmente, anunciaba en nota de prensa, fechada en la Moncloa en la
tarde-noche del lunes, que se disponía a afrontar esos nuevos tajos. De manera
que los directivos del PP, versión Gobierno y versión Moncloa, hubieron de
ponerse de acuerdo con rapidez para no hacer el ridículo de nuevo. Y aún así,
el portavoz del Partido, Carlos Floriano discrepaba abiertamente de las
palabras del señor de Guindos, que "enmarco en una visión meramente
personal"... A Floriano, la versión que exponía en solitario De Guindos no le
merecía crédito alguno, -De Guindos condicionaba la gratuidad del sistema al
nivel de renta-, y sí en cambio, lo que relataba la ministra Ana Mato. De haber sido otros tiempos, a estas
comparecencias parciales y por libre, se las hubiera calificado de
"ocurrencias", o de improvisaciones. A Zapatero le acusaron repetidas veces de
esa clase de incoherencias, pero probablemente ninguna del alcance de las de
ahora: nada menos que diez mil millones, que se han de restar de los gastos de
las dos grandísimas asignaturas autonómicas, Educación y Sanidad. ¿Cómo se hace
eso? Pues, posiblemente a estas horas Mato y Wert, Wert y Mato, ya tendrán
algunas aproximaciones a una decisión difícil, que a todos ha dejado
desconcertados y contritos. ¿No decíamos que los gastos sanitarios autonómicos
habían superado en quince mil millones lo comprometido para todo el año pasado?
Pues no sólo se deberá compensar ese gasto excesivo y creciente, sino que
deberá reducirse significativamente.
¿Cómo? Pues, sin duda, los Gobiernos
autonómicos deberán recurrir, o al menos reconsiderar, todas las fórmulas
posibles. Desde el céntimo sanitario al copago farmacéutico, pasando por la
reiteración y duplicidades que se ordenan desde Madrid y desde los
correspondientes Gobiernos autonómicos.
Negociar los precios de los fármacos de manera común para todos los
Gobiernos autonómicos, todos, vean rebajados esos gastos, aplicar con mayor
intensidad el principio de los fármacos genéricos, eliminación de servicios que
son posibles en algunos territorios y que no se prestan en otros... Cataluña ha
hecho ese recorrido en los últimos años, y sabe bien por dónde empezar el
drástico recorte. Y otro tanto deberá suceder con la educación, la otra gran
asignatura a la que se invita a hacer un drástico recorte. Algunos diarios ya
apuntan posibilidades, en esta materia: Dice La Gaceta que "eliminar
operaciones prescindibles ahorraría a la Sanidad 700 millones, y que los
expertos abogan por suprimir servicios como vasectomías, cirugías estéticas o
cambios de sexo.... Desde luego, es sorprendente el repaso del gasto sanitario
por ciudadano, y cómo puede variar desde mil cien a mil quinientos euros por
ciudadano atendido. En todo caso, lo que viene resultando "de escándalo" es la
desinformación, las informaciones contradictorias, el "olvido" de unos
ministros y las primicias informativas de otros... Y cada vez más, será
inevitable aproximar los criterios de funcionamiento entre las distintas
regiones-territorios. Hasta ahora existía un catálogo de prestaciones comunes
que ahora será revisado: en esa relación aparecen los mínimos que debe recibir
cada ciudadano. Pero ya hemos visto cómo las Comunidades pueden exceder, y a
menudo exceden, esos mínimos, y van más allá que en los territorios próximos. Por ejemplo, en
atenciones bucodentales, es conocida la generosidad del País Vasco. Otras
Comunidades se han especializado en dar tratamientos para dejar de fumar... En
adelante, será inevitable reducir diferencias, y comprobar de dónde se pueden
obtener más recursos...