Después de que
Luis de Guindos sorprendiera, en declaraciones a la prensa alemana, con el
anuncio de próximas reformas en Sanidad y Educación -se supone que recortes en
el gasto en estos capítulos básicamente
autonómicos-, que habían quedado "olvidados" en la relación de las reformas
pendientes anunciado por
Rajoy, hay desazón e incertidumbre sobre lo que
significarán esas modificaciones "guindianas". Para no quedar en evidencia, el
otro "superministro",
Montoro, ha intervenido también sobre las reformas que
cabe esperar en el ámbito autonómico: 'Las
autonomías van a cumplir el déficit sí o sí... En un caso extremo, añadió
Montoro, una delegación (del Gobierno
central, se supone), irá allí para hacer una gestión directa'". Y ha apuntado a
la que sospecha que podría ser la autonomía ·"díscola": Andalucía no tiene
margen para ser radical en términos presupuestarios... tendrán que hacer una
gestión impecable'. Vamos a lanzar un plan contra el fraude durísimo, porque se
va a limitar por primera vez el uso de efectivo'... Por su parte, el PP ha
asegurado que los "ajustes" en materia sanitaria-autonómica serán en
gastos "improductivos e innecesarios" y no en recortes de los
servicios que se prestan. Ésa ha sido la respuesta del responsable de Sanidad y Asuntos Sociales del PP,
José Ignacio Echániz, consejero castellano manchego, quien ha dicho en rueda de
prensa que los ciudadanos
pueden estar "tranquilos", y ha rechazado los
augurios de los partidos de izquierda que pronostican un recorte en las
prestaciones sanitarias o la implantación de medidas que incluyan el copago en
la sanidad. "No va haber
recortes, sí ajustes porque hay margen para ello", ha
subrayado el dirigente 'popular' en declaraciones en rueda de prensa y a varias
emisoras de radio, tras señalar que existe un "profundo problema"
para financiar la sanidad, que ha atribuido a la "herencia" de más de
15.000 millones de euros de deuda a los proveedores que ha dejado el PSOE. El dirigente del PP ha explicado que prepara un cambio del
modelo sanitario porque considera que es insostenible el actual, por el elevado
nivel de déficit que arrastra. Donde el Gobierno ve reforma, el PSOE ve recorte
de prestaciones. Echániz insistió en que los ciudadanos pueden estar "tranquilos"
porque no va haber recortes en los servicios que se prestan, sino "ajustes" en
gastos "improductivos e innecesarios". El primer punto de esa reforma será la
igualación de la cartera de servicios que prestan las comunidades autónomas.
Esa igualación se producirá eliminando algunas de las prestaciones, lo que para
el PSOE supone un claro recorte, por más que el Gobierno eluda esa palabra. Por
eso, la secretaria de Política Social del PSOE, Trinidad Jiménez, aseguró ayer
que los socialistas defenderán "hasta el final" los derechos públicos
sanitarios. "Es de los servicios públicos más valorados por la ciudadanía y con
mayor solidez y calidad", aseguró la exministra de Sanidad y Exteriores. "No va
haber recortes, sí ajustes porque hay márgenes para el ajuste. Hay márgenes de
eficiencia que, bien resueltos, generan holguras para hacer las cosas mejor",
afirmó, en cambio, el dirigente del PP. El también consejero de Sanidad
de Castilla-La Mancha ha insistido en que la difícil situación de la sanidad se debe a las deudas del pasado
y a los 5,3 millones de parados de "herencia" que han dejado los ocho
años de Gobierno socialista, y ha recordado que la sanidad se financia con los
impuestos de los trabajadores y que la situación actual de desempleo, de la que
ha culpado a
José Luis Rodríguez Zapatero y a
Alfredo Pérez Rubalcaba, han puesto en una situación
"complicada" a la sanidad desde el punto de vista de
la sostenibilidad. Sin embargo,
Echániz ha evitado aclarar si el Gobierno tiene
intención de implantar el copago
sanitario, al señalar que es algo que se tiene que discutir
entre las comunidades autónomas. Para preservar el sistema actual, que ha
definido como la "joya de la corona" envidiada por muchos países, es
necesario hacer ajustes en el presupuesto y eliminar "gastos improductivos e innecesarios",
sobre todo en este momento de crisis económica. El responsable de Sanidad del
PP ha puesto como ejemplo las duplicidades
que existen en el ámbito sanitario y determinadas cuestiones
que se pagaban y que, en un momento de crisis, hay que dejar
"temporalmente" de financiarlas hasta que el país vuelva a tener
capacidad financiera para ello. Pese a ello, ha enviado un mensaje de
"tranquilidad" a la población, toda vez que "ahora hay un Gobierno serio" que
quiere "revertir" la situación y que peleará para que
siga habiendo un sistema sanitario que funcione, "en esencia, exactamente
igual los próximos 30 ó 40 años". Echániz ha incidido en que la creación
de empleo que persigue la reforma laboral de Mariano Rajoy permitirá financiar mejor la sanidad
gracias a la previsión de aumento de los ingresos de las arcas públicas. Y ha
dado algunas pistas de por dónde puede ir parte de la reforma en sanidad:
impulsar la capacidad de financiación para ahorrar costes, mejorar la organización
y una cartera única de prestaciones. Las reformas, según subrayó, "pueden tocarlo todo".
De manera que,
con toda probabilidad, esta batalla llegará esta semana al Congreso, ya que el
PSOE tiene previsto introducir en la sesión de control al Gobierno preguntas
sobre los próximos recortes planteados y anticipados por el ministro Luis de
Guindos.. También se centrarán en la amnistía fiscal, apoyados por el resto de
partidos de la izquierda parlamentaria. El jueves, además, el pleno del
Congreso rechazará las enmiendas de totalidad a la reforma del mercado laboral.
En principio, el PP no tiene previsto admitir más que sus propias enmiendas y,
en todo caso, negociar el apoyo de CiU, ya que los nacionalistas catalanes
respaldan el contenido básico de la norma que provocó una huelga general el
pasado 29 de marzo. El miércoles, el PSOE hará presente en la Cámara el rechazo
social a la reforma con la pregunta del líder socialista, Alfredo Pérez
Rubalcaba, al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el pleno: "¿Va a
iniciar el diálogo social sobre la reforma laboral?".
Y mientras
tanto, la nube negra de una eventual intervención de España no termina de
disolverse. Es lo que quita el sueño a Rajoy, como antes lo quitó a Zapatero.
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