Querido Antonio Mingote: Cuando me llega
la noticia de tu fallecimiento, y entre las llamas de la hoguera de dolor que
siento, surge, vigorosa, espléndida y brillante, una palabra, y es la palabra
GRACIAS. Gracias, querido Antonio, por haber sido como fuiste, por haber
llevado al hombro, a lo largo de 93 años, la mochila incierta de tu querida
España; gracias por tu talento, por tu sabiduría, por tu genialidad, por tu
amor al trabajo; y gracias, señor presidente del "Debate sobre el estado de la
nación", por tu amistad.
Quizá en la memoria de "Protagonistas" -y sé que toda elección implica muchas
renuncias- no haya existido un espacio tan memorable como aquella tertulia que
cada miércoles compartíamos contigo, con Luis Sánchez Polack "Tip", con Antonio
Ozores, con José Luís Coll, con Alfonso Ussía, con Chumy Chúmez, con Manolo
Summers y con algún otro genio... Páginas de oro de la radio española, debate sin
fronteras del que llegó a decir el entonces vicepresidente Rodrigo Rato que "ya
quisieran tener ese mismo nivel los debates del Consejo de Ministros...".
Hoy España se ha quedado aún más huérfana
con el adiós de quien fue su cronista de cabecera, el que mejor se adentró en
sus interioridades, el que con mano amable y con mirada limpia recorrió el
laberinto español sin perder la sonrisa, buscando siempre el mejor rostro de la
realidad, encumbrando al cielo a los humildes y dando mamporros, certeros y
nada bravucones, a los engreídos.
Sitges, Calatayud, Daroca, Teruel, Barcelona,
Zaragoza y, desde 1944, Madrid son algunos de los escenarios de tu vida, pero
hoy llora por ti, en silencio, España entera. Llora por el autor de "Un hombre
solo", que es un tratado de filosofía sobre la existencia humana: siempre un
hombre en su soledad como testigo y como víctima de los ruidos y de los afanes.
No fallaste ni un día, en casi sesenta años, en tu viñeta de "ABC", una de las
señas de identidad del periódico. Has construido frases que son un clásico de
la literatura oral -como "Vote a
Gundisalvo"- y has demostrado tu
devoción al "Quijote" ilustrando magistralmente la obra de Miguel de Cervantes.
Contertulio divertido, observador genial, precoz dibujante en el suplemento
"Gente menuda" de "Blanco y negro", padre fundador de "La Codorniz", académico
de la Lengua, marqués de Daroca por decisión del Rey Don Juan Carlos...: parece
imposible que una sola persona haya vivido tantas vidas y tan fecundas y tan
preclaras. Pero eso tiene una explicación: la existencia, a tu lado, de Isabel
Vigiola, mitad inseparable de tu alma. A Isabel, a tu hijo Carlos, a tu nieto
Pablo, a tantos y tantos que hoy saben que en el cielo es día de fiesta mayor,
un fuerte abrazo.
Antonio Mingote, amigo, compañero, maestro,
qué difícil es entender que ya no estás, aunque te hayas quedado para siempre
en todos nosotros.