La verdadera historia de la no detención de Willy Toledo
jueves 29 de marzo de 2012, 12:26h
Ha sido
uno de los trending topic en Twitter, y, sin embargo, se trataba únicamente de
la mayor metedura de pata que se conoce de una Directora General de Política
Interior, probablemente muy mal informada, o que "se hizo un lío",
según fuentes policiales. El caso es que Cristina Díaz informó de la detención
del polémico actor Willy Toledo, cuando éste simplemente había sido
identificado y, naturalmente, se le había dejado marchar. Una de dos, o la
directora general fue muy mal informada -¿acaso a propósito?- o no se entera de
nada. Pero la crítica hacia ella es generalizada: desde policías a huelguistas.
Pero he
aquí la verdadera historia de la no detención de Willy Toledo, contada a
Diariocrítico por testigos presenciales de los hechos.
Ocurrió
hacia la una de la madrugada, en la madrileña Plaza de Santa Ana. Los bares de
la zona -una zona de copas muy apreciada en Madrid- seguían abiertos y un buen
número de noctámbulos apuraban sus copas en sana juerga. A esas horas, un
autollamado 'piquete informativo' capitaneado por el polémico actor 'cargo'
-literalmente- contra uno de los bares, una taberna al estilo irlandés.
"Willy Toledo fue educado, es cierto", dice Santiago, un testigo de
los hechos y víctima del piquete, "pero no así los que venían con él, que
se dedicaron a dar patadas a las sillas donde estábamos sentados".
Toledo
les dijo: "Señores, estamos en huelga y hay que cerrar". Santiago, conserje
de profesión, que acaba de venir de viaje y se corría una pequeña juerga con
sus amigos, le dijo: "Pero, hombre, que acabo de venir de viaje y estoy
aquí tomando unas copas con unos amigos". "Ni viaje, ni copas, ni
nada, estamos de huelga y hay que cerrar", respondió el intrépido Toledo.
El resto de piquete emulaba a Messi pateando las sillas.
Santiago
y sus amigos, ante el cariz que tomaban los acontecimientos, apuraron sus copas
y los dueños del local decidieron cerrarlo para evitar males mayores. Algunos
de los noctámbulos sacaron sus vasos a la calle, donde se juntaron con otros
que habían sido desalojados de semejante manera de los otros bares y pubes de
la zona.
Santiago,
nuestro conserje, añade: "Nos quedamos un rato allí, y algunos piqueros
que acompañaban a Willy Toledo, tras conseguir el cierre de los bares, la
emprendieron con las taxistas que circulaban por la zona. A un par de taxistas
les dieron patadas en las puertas".
Fue en
ese momento cuando hicieron su aparición efectivos de las Unidades de
Intervención Policial, que procedieron a identificar no sólo a Willy Toledo,
sino a la panda que iba con él. Es decir, a todos. Pero no hubo ni arrestos ni
problemas con los antidisturbios: se les identificó y se les dejó marchar.
Eran, aproximadamente, sobre las dos de la madrugada.