Los radicales que nos quieren colocar y manchar

Vergüenza siente cualquier demócrata al ver cómo algunos radicales, auténticos profesionales de la violencia y la agitación, convierten protestas más que dignas y justas de los ciudadanos en graves problemas para el orden público. Y no sólo eso: unos pocos consiguen reventar la imagen del resto de manifestantes, organizados o no en sindicatos, que quieren protestar legítimamente contra algunas decisiones políticas con las que puedan estar en desacuerdo. Hablamos, cómo no, de la reforma laboral y recortes en educación, que ha generado últimamente muchos disturbios. Tampoco nos gusta, lo dejamos claro, que se convoquen más protestas sindicales en pleno 11-M, una fecha señalada por todos por lo significativo del recuerdo a las víctimas de los atentados islamistas de 2004.

Ahora bien... no entendemos que haya radicales en un sitio y en otro. Ambas posturas son intolerables en democracia y en una sociedad que busca la paz en las calles. La caverna más caverna, la prensa más colocada al extremo, y no nos referimos aquí a los que con normalidad defienden una postura conservadora, encienden la mecha. Son los que, por ejemplo, y aquí lo decimos, quieren colocar a este Diariocrítico en una postura que no es cierta. Nos llaman 'amigos' de ciertos radicales, o amigos de partidos de la izquierda, del movimiento 15-M...

Ni nos duele ni nos ofende, pero sí que nos molesta por lo falso de la acusación: somos un periódico y un medio de comunicación crítico, independiente, que no se casa con nadie si no es con el ciudadano, con nuestros lectores... Defendemos los derechos de todos y queremos informar, ayudar a formar opinión, incluyendo en el espectro informativo interpretativo a todos los colores, todas las posturas y posiciones. Cualquiera que se moleste unos minutos en observar nuestro trabajo, ya de más de 8 años, siempre creciendo y mejorando, no tendrá duda. Nuestra labor habla por sí sola, por mucho que los de la caverna quieran emponzoñar.

Insistimos: estamos en contra de los radicales, de los violentos. De los que desde el cóctel molotov o desde la caverna mediática intenta manchar la imagen de todos los españoles que simplemente defienden su libertad de expresión y opinión.


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