Lo fácil en un día como éste es caer
en la demagogia. Pero no. Ni hace falta. Como se suele decir,
una
imagen vale más que mil palabras. Y unas cuantas, como millones de
palabras. Que desde que el PP ha llegado al Gobierno hay más
brutalidad policial que con el anterior ejecutivo de
Zapatero es una
evidencia, y negarlo, una estupidez. Y lo mejor es que no hay ninguna
excusa: no ha ocurrido ninguna catástrofe, ni ha estallado una
hambruna, ni un escándalo social que crispe más a la sociedad.
Si el 15-M ha querido seguir
protestando, no hay nada de nuevo en ello respecto a la anterior
legislatura. Si los sindicatos y los trabajadores en general han
querido protestar por la reforma laboral, en el fondo tampoco hay
nada nuevo respecto a anteriores protestas contra el gabinete de
Zapatero o la banca. Si los estudiantes han querido protestar por los
recortes, ya hubo antes otros recortes. Y hubo muchas
manifestaciones. Así que, ¿qué ha cambiado? ¿Seríamos demasiado
simplistas si concluimos que lo que ha cambiado es el color político
del Ejecutivo y que ahora con el PP hay más brutalidad?
Más bien deberían probar lo contrario
quienes crean que no, que con
Rajoy no hay nuevas órdenes a los
jefes policiales. Pero son evidencias: la delegada del Gobierno en
Madrid,
Cristina Cifuentes, dejó bien claro que no permitiría
acampadas en Sol, por ejemplo. Eso supondría, claro, pasear las
porras. Y lo que haga falta, claro. Lo sucedido ayer lunes en
Valencia es otra evidencia más. No pasar ni una: es la orden. De
nada sirve que ahora se diga que el jefe superior de la Policía en
esa comunidad era un hombre puesto en el cargo por Rubalcaba. Sólo
siguen órdenes. Y es fácil buscar un chivo expiatorio.
Los sindicatos policiales ya han
respondido a la facilona respuesta de los políticos, mirando a los
que directamente sacudieron con sus porras.
Ellos no actúan si no
hay órdenes de un superior, y ese superior no manda actuar en esa
línea si no se le han dado indicaciones de ese tipo.
Y tampoco miremos sólo a un lado. Hay
profesionales de la violencia, tanto en colectivos anarquistas,
antisistema, como entre los sindicatos estudiantiles. Cuando digo
'profesional de la violencia' hablo de agitadores, gente que, como
hay en todas partes, lamentablemente, busca 'pelea'. Y es cierto que
gente de ese perfil hubo ayer en Valencia, y habrá en cualquier
manifa y cualquier protesta. Pero no deben pagar justos por
pecadores, sobre todo de la manera desmedida y violenta que se pudo
ver en las imágenes de la capital del Turia.
Y en el fondo, todo es por la crisis.
Esto viene por los recortes. Los mismos recortes que piden restringir
derechos en nuestra condición laboral. ¿Llegaremos a la situación
tan grave y radical de Grecia? Eso decía hoy 'La Razón' en su
portada, cayendo en la comparación fácil y provocativa hacia los
que salen a la calle a protestar. La única respuesta es que al menos
sí que irán a más. Hoy se
quemó a lo bonzo un tipo en Girona. Dice que por la crisis. Esto se nos va de las manos. Y a los
policías, la porra, también. Y a los de la patronal, que se quitan
la máscara con 'genialidades' como las de
José Luis Feito, un
dirigente de la CEOE, que dijo aquello
sobre Laponia y los
trabajadores que no quieren desplazarse de ciudad (o hasta de país)
para responder a una oferta de trabajo. Increíble. Éstos son los
que representan (mal) a los empresarios, cuando en realidad, hay de
todo, como en las viñas del Señor, que le falta decir a Rajoy, tras
su "como Dios manda" y su reforma laboral "justa y
necesaria". Amén.
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