lunes 20 de febrero de 2012, 08:15h
Mientras se ha clausurado triunfalmente el
congreso del Partido Popular y tras haber salido ayer a la calle decenas de
miles de españoles protestando contra la reforma laboral propuesta por el
Gobierno, hoy, lunes, nos encontramos con que "Iberia" suspenderá 153 de sus
vuelos, en la décima jornada de huelga de los pilotos. Para esta jornada se han
establecido los "servicios mínimos" para todos los vuelos entre la península y
las islas Canarias y Baleares, pero no
despegarán numerosas conexiones nacionales así como las operaciones con destino
a Bruselas, Amsterdam, París, Múnich, Zurich, Ginebra, Frankfurt, Berlín,
Estambul, Roma, Lisboa, Milán, Venecia, Nueva York, Tel Aviv, México, Buenos
Aires y Sao Paulo. En fin, que España
queda incomunicada con las más importantes ciudades del mundo, además de
suspender numerosas conexiones dentro del país. Y añadamos que, tras la de hoy,
ya están anunciadas otras dos jornadas de huelga para los próximos días 24 y
29.
Nos preguntamos si es que nadie es capaz de
poner orden en este caos, de sentar en torno a una mesa de negociación a los
responsables de "Iberia" y a los pilotos, y llegar a un acuerdo que frene de
una vez por todas esta anomalía cuyos perjudicados, cuyas víctimas, cuyos rehenes
son los viajeros que pagan sus billetes y, además, tienen que soportar esta
protesta que se está convirtiendo en un chantaje.
Los pilotos rechazan la creación de una
línea de bajo coste, "Iberia Express", temiendo que con esa nueva creación
correrían peligro sus condiciones laborales y hasta puestos de trabajo. Por su
parte, "Iberia" mantiene que esas condiciones y esos puestos laborales están
garantizados y no corren el menor riesgo. O una de las dos partes miente, o las
dos cuentan la verdad a medias, porque, de otro modo, no se entiende esta
anomalía camino de hacerse crónica. Insistimos: hay que sentarse a hablar, a
negociar, a comprometerse, a buscar una salida, porque ni el país en general ni
cada viajero en particular están para soportar este atropello.