El Tribunal Superior de Justicia de Madrid
(TSJM) ha fallado este jueves que los edificios que se construyan en
los terrenos de la operación urbanística Mahou-Calderón no podrán tener
más de tres plantas más ático. Esto supone el bloqueo de una operación
a cuatro bandas con importantes cambios para el distrito de Arganzuela.
La sentencia, a la que ha tenido acceso
Madridiario, estima parcialmente el recurso presentado por la asociación de aficionados del
Atlético de Madrid, Señales de Humo. Esta impugnó la modificación del Plan General que contemplaba la operación y que secundó el 2009 la Comunidad de Madrid. La decisión de la Sección Primera de la Sala de lo Constencioso Administrativo es recurrible.
El juzgado falla que no hay elementos que permitan establecer
excepciones a la normativa general para que los desarrollos urbanísticos
previstos tengan más de las cuatro plantas citadas (tres más ático).
Entiende que, aunque recoge que la Ley del Suelo permite a los
ayuntamientos establecer excepciones con la construcción de edificios
singulares, este caso no da lugar. Según ha informado Señales de Humo,
la sentencia deslegitima el "proceso por el que los dirigentes del club,
en connivencia con los responsables políticos municipales y regionales,
que solo era beneficiosa para determinados particulares".
El problema está en que la viabilidad de la operación
está sujeta a la construcción de los edificios de viviendas y de
terciario. Los planes del Atlético de Madrid y de Mahou pasaban porque
el club cedía su actual estadio y recibía a cambio el estadio de la Peineta. También recibiría un tercio de los réditos de la venta a FCC de
los 61.251 metros cuadrados de suelo que ocupaba la antigua fábrica de
Mahou, unos 120 millones, según Señales de Humo. La cervecera obtenía
dos tercios de los beneficios de esta parcela, 245 millones.
En ella, el Ayuntamiento recalificó el terreno para permitir una
edificabilidad de 175.000 metros cuadrados, que las dos empresas querían
concentrar en cinco torres,
cuatro de catorce pisos y una de diecisiete, en el espacio delimitado
entre los paseos de Pontones e Imperial y la calle de Alejandro Dumas.
En ellas se crearían entre 1.600 y 1.700 pisos, aunque incluso llegaron a
ambicionar ampliar esta cifra hasta los 2.200. En este cuarto de
círculo, la mitad noroeste (39.700 metros cuadrados de superficie)
acogería las viviendas y edificios de terciario. La otra parte de este
'quesito' urbano serviría para crear una nueva calle que conectase la plaza de
Francisco Morano con la glorieta de Pirámides (6.000 metros cuadrados) y la ubicación de un equipamiento educativo de más de 10.000 metros cuadrados
y 5.600 metros cuadrados de zonas verdes. En este espacio se respetaría
el edificio de Concasa y las viviendas anexas a la fábrica. Entre el
cuadrado comprendido entre la calle de Alejandro Dumas y el paseo de los
Melancólicos, Pontones y Pirámides se respetaría el instituto Gran
Capitán y los edificios de viviendas.
El Consistorio recibiría en el trato 86.900 metros cuadrados que transformaría en zonas verdes (un parque con un lago
en el espacio que ocupa a día de hoy el estadio y que llevará el nombre
de Atlético de Madrid, y nuevas áreas medioambientales integradas en el
desarrollo de Madrid Río). También se soterraría el tramo de la M-30 que todavía discurre sobre rasante, cuya transformación costaría, según cálculos municipales unos 140 millones de euros.
Todas estas acciones, más la remodelación del estadio Calderón,
serían posibles gracias a la aportación de FCC, que sería la
beneficiaria de la venta de los pisos. En estas circunstancias, las
partes implicadas estudian recurrir la sentencia al Tribunal Supremo.
Independientemente del resultado en esa instancia, la situación supone
la paralización del desarrollo de Madrid Río, la imposibilidad de que el Atlético de Madrid se traslade a la Peineta, el suspenso de las obras de este estadio y el bloqueo del aprovechamiento de los terrenos de la antigua fábrica cervecera, ya derribada.