A la cita están invitado, como adelantó
Diariocrítico el pasado lunes, veteranos socialistas como
Javier Solana, Joaquín Almunia, Javier Sáenz de Cosculluela, José María Maravall, Carlos Solchaga, Rosa Conde, Angeles Amador o
José Antonio Griñán, entre una larga lista, casi todos partidarios de que la secretaría general del PSOE esté ocupada "de manera interina" por
Alfredo Pérez Rubalcaba, y no por
Carme Chacón u otro joven dirigente con la idea de que más adelante, una vez que se encauce el debate de ideas y proyectos, haya un conclave en el que se elija al líder del partido "en una segunda instancia".
La presencia en la cena del propio González está por ver dado que antes de las elecciones, en un desayuno informativo, descartó cualquier tipo de "tutelaje" sobre el liderazgo socialista aunque a la vez se ponía a disposición del candidato Alfredo Pérez Rubalcaba, que, evidentemente, no acudirá a la cena alegando 'razones de agenda' (un viaje al extranjero). Otros también han excusado su presencia como ex líder de los socialistas canarios
Jerónimo Saavedra, o
José Borrell.
En estos encuentros tampoco participará
Alfonso Guerra, cuya relación con
Felipe González, pese a haber reaparecido juntos en un acto durante la campaña electoral, no está como para recuperar 'viejos tiempos'.
Pese a todo, estos veteranos insisten en que en esas jornadas de 'reflexión' no se va a "hablar de personas" y tampoco quieren que se les vincule a ningún futuro candidato porque no se trata, dicen, "de dar apoyo a nadie sino a hablar de recuperar nuestra señas de identidad". También descartan que vayan pedir a González que acepte ser el presidente del PSOE en sustitución de
Manuel Chaves, que en un principio dijo que su deseo era continuar en el cargo pero después dio marcha atrás manifestando que había que dejar paso a otros en esta nueva etapa en la que entra el partido.
En ese mismo foro, el ex presidente del Gobierno recordó que en el 35º Congreso federal celebrado en julio del 2000,
José Luis Rodríguez Zapatero ya le propuso presidir el PSOE cuando fue elegido secretario general y rechazó su oferta porque, pese a ser un puesto "más simbólico que ejecutivo", dadas las circunstancias de aquel momento "nadie se iba a creer" que era el nuevo líder. De modo que "es inútil volvérselo a pedir", aseguraba Corcuera.
"Habrá más reuniones porque hay mucho de qué hablar y en ellas estaremos los mayores de 55 años para reflexionar sobre el proyecto y el futuro del partido", adelantaba también el ex ministro de Interior, quien como muchos otros ex dirigentes no oculta la preocupación por la situación de debilidad y desorientación en la que ha quedado el PSOE después de estos años -casi ocho- liderados por Rodríguez Zapatero.
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