La reforma que piden en Europa y el vasto campo de entendimiento
jueves 01 de diciembre de 2011, 08:33h
El encuentro de Rajoy con "sus" presidentes autonómicos, sus "barones regionales", con toda probabilidad, resultará este jueves mucho más fácil y sencillo de desarrollar que el que ayer mantuvo con los líderes sindicales y de la patronal, Toxo, Méndez y Rosell. No quiere decir que el encuentro vaya a ser "un camino de rosas", por cuanto a Rajoy le corresponde aplicar, a estos gobiernos autonómicos, la consigna del severo y drástico recorte de gastos. Sobre el encuentro del miércoles, sin duda, hay muchos matices que apreciar y observar tras el encuentro que mantuvo ayer el presidente electo, Mariano Rajoy, con los agentes sociales, a quienes reclama que se pongan de acuerdo, en poco más de un mes, en un nuevo texto de reforma laboral que sustituya al que elaboró y aprobó el parlamento en la anterior legislatura de Rodríguez Zapatero.
Rajoy, cuentan los cronistas, salió de las reuniones convencido de que "hay un vasto campo para el diálogo". Recordemos que esa anterior reforma también se hizo contra reloj, pero con plazos mucho más largos. Finalmente, el Gobierno de Zapatero, tras sucesivos aplazamientos del ultimátum, decidió "tirar por la calle de en medio", y aprovechando unos cuantos puntos ya pactados por las partes, llevó al Congreso, parea su aprobación, un texto que no satisfizo a nadie, y que tampoco parece que haya resultado eficaz, a efectos de creación de nuevos empleos. Ahora, pocos meses más tarde, la situación es algo distinta, pero no demasiado: Rajoy quiere estrenarse en su cargo recién conseguido de jefe del Gobierno español con el mismo encargo que le han hecho en Bruselas o en Berlín. La inspiración de la reforma ya ha conseguido el visto bueno de la Comisión Europea, y ahora "sólo" falta que reciba el visto bueno de Méndez, Toxo y Rosell, a quienes Rajoy leyó este miércoles "la cartilla" de los deberes que le encomienda doña Ángela Merkel. ¿Qué sucederá, al término de este nuevo plazo? Hay muy distintas versiones e interpretaciones. Desde el "optimismo generalizado" que se recoge en La Gaceta, hasta el "acuerdo muy difícil" del que habla El País.
En el diario El Mundo ya se señala algo más concreto y verificable: Mientras Toxo se mostraba diplomático sobre la posibilidad del nuevo acuerdo, Méndez manifestaba que UGT no acepta una nueva reforma laboral. El diario llega a la conclusión de que "un acuerdo del PP con estos sindicatos es improbable, por no decir imposible" Según el cronista de La Razón, a la salida de sus respectivas reuniones, los tres interlocutores de Rajoy no ocultaron su sintonía con el líder popular, con quien compartieron su diagnóstico de la crisis, en algunos casos mejor que con Zapatero". Y llega a la conclusión este diario de que este clima armónico deja una puerta abierta a un eventual acuerdo sobre la reforma del mercado del trabajo. Cuenta el diario Cinco Días que las conversaciones de los agentes sociales no han cesado desde que fracasaran en su anterior intento, con Zapatero y Valeriano Gómez, y que las posiciones entre patronal y sindicatos están próximas en tres puntos: solución extrajudicial de conflictos, formación y lucha contra el absentismo. En el mismo diario se subraya que la situación es hoy muy distinta que la de hace unos cuantos meses, aunque Rosell no está exento de contestación interna y UGT atraviesa por una delicada situación tras la derrota electoral socialista. En El Economista se asegura que, tras la primera toma de contacto, fue unánime el sentimiento con el que todos los interlocutores salieron de la reunión: con optimismo. Añade el cronista que la cómoda mayoría que ha logrado el PP en las urnas facilita la tramitación de una reforma sin consenso...
Ahora, a esperar que un eventual pacto pueda prosperar. Dice un cronista que a partir de la cuarta semana de diciembre se podrían celebrar las primeras reuniones tripartitas, tal y como ha exigido CCOO. ¿Se impondrá el criterio que expresaba Méndez, de que "si lo exigen en Bruselas..."?
Por cierto, que en dos de las crónicas reseñadas, en La Gaceta y El Economista, se menciona, con la misma falta de ortografía, que los dirigentes sindicales "sostuvieron que hay un basto campo de entendimiento". Pues tendrán que "desbastarlo"...
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1193 | Sergio Farras - 01/12/2011 @ 23:05:24 (GMT+1)
Detrás del visillo: rumorología del nuevo gobierno
Miro a través de la ventana que da al futuro venidero detrás de un fino y delgado visillo. Y para enterarme de todo, incluso de lo político, he de poner franquicias por ser el murmurar oficio de discretos. Periodistas, estadistas, sociólogos y otros peritos entendidos de la materia, intentan perfilar con el cincel del buril más afinado lo que podría ser el nuevo Gobierno del presidente Rajoy. Aunque también pueden calibrar, -con mayor o menor acierto-, otros con menos erudición y saberes. Como servidor, que es humilde escritor y que actúa estos días como aquel personaje de Hamlet; Polonio, que por su merodeo y curiosidad encontró la desdicha de su final detrás de una sedosa cortina. Uno, que va chafardeando y agudizando el oído por internet y periódicos de toda apariencia y silueta, para ver lo que atrapa y agarra andando entre trapicheos y cotilleos varios. También por tabernas y bares que son lugares donde suelen estar parte de los alientos de la sabiduría más popular. Y como para poder escuchar, mejor estar uno en silencio y bueno es ser esponja para absorber los alientos del pueblo intranquilo y endeudado que no vive ajeno a la sombra de ajustarse la cintura con preocupación. Porque si terminaran las voces del llano pueblo, después podrían resultar ser solo ecos de su silencio.
Servidor, que es de sencilla vida, buenos amigos y amante de la literatura y la poesía, siesta diaria y hedonista existencia, oye como estos días; se comenta, se conoce, se rumorea qué; para formar el nuevo Gobierno, se barajan entre escrutinios e indagaciones varias, como donde en los sueños de investidura han de llegar a llenar los espacios del Congreso. Pero al ciudadano, los posibles recortes son los que le asustan y apremian la duda de su mañana. Indagando a través de la impertérrita ventana adornada con un discreto visillo encarado hacia el futuro, desde donde por detrás, todo se ve difuso y medio borroso, como se pueda ver la espuma en el agua del mar o como el humo en curtidor el viento. Mesurado y precavido detrás del indiscreto portillo que orienta hacia Moncloa. Pero sin llamar tampoco en exceso la atención por no ser descubierto de nadie.
Un viejo tabernero, que piensa que el vino mucho bien hace al cuerpo y alimenta el espíritu, me dijo: apuntándolo todo en una grasienta servilleta que a mano tenía:
- -Para la vicepresidencia, la chica que siempre ha sido su mano derecha: Soraya Sáenz de Santamaría, que se conoce que es mujer de confianza y llaneza del señor Rajoy. Para trabajo, esto me lo dijo un desempleado que viene cada día de la concurrida oficina de empleo: Fátima Báñez. Para defensa: me comentó un Guardia Civil retirado: Alberto Ruiz Gallardón. Para Fomento, eso me vino de uno que trabajó en las obras del AVE y qué al final no cobró: Manuel Soria. En Justicia e Interior, me lo dijo un guardia urbano que aspira opositar a sargento: Ignacio Astarios. En Agricultura, me dio el soplo un agricultor de confianza -que me trae las legumbres cada semana-, y que cree, que ese hombre que ya fue ministro, que comía carne cuando aquello de las vacas locas será: Miguel Arias Cañete. En Exteriores, esto me lo comentó una chica con carrera que emigra ahora a Alemania a trabajar: Jorge Moragas. En sanidad y educación, esto me lo dijo la chica del ambulatorio que le congelaron el sueldo: Ana Mato.
Ante tal erudición que emanaba de la tasca académica, más de bodega que de mesón, mi asombro y fascinación iba creciendo a medida que escuchaba las eruditas palabras del ilustrado tabernero. Se conoce, que entre café y copas de anís, el pueblo va soltando sus pareceres y sus razonamientos más deductivos y racionales. ¡Que no desprecien los políticos la sabiduría del escéptico pueblo! Porque también, los ciudadanos de jornal y nóminas discretas, tenemos el sano interés de intuir el rol que representarán los nuevos y neófitos administradores. Nosotros, los ciudadanos, que vivimos el día a día con la incertidumbre racional y consciente de esta crisis alargada. Suspendidos en el contrapeso de la línea delgada y fina que separa el estado del bienestar de los bolsillos rotos.
Esto es lo que está esperando con ansia de justicia y libertad el ciudadano sufridor y peleador que vive al día, y que espera el momento de investiduras y nombramientos. La mayoría de afligidos inquilinos e hipotecados, vamos recortando la curiosidad y bordeando los raíles del tren del progreso que no ha de detenerse por la inercia que arrastra de la necesidad de crear empleo y reducir el déficid, que son menesteres preferentes a solucionar, para dar pinceladas de esperanzas y no caer en el melodrama que tampoco suele ser solución de nada. Se han trenzar las decisiones y la valentía de los dirigentes aspirantes a soluciones convenientes, no debiendo de perder fuerza la oposición, que debe ser alma serena que no vacile en levantar la voz ni pisar los talones al nuevo Gobierno, para ser creadores de esfuerzos ecuánimes más que de críticos de subjetivos enfrentamientos. La oposición, es una raíz que crece en la misma tierra que todos pisamos. Y las críticas la nutren, porque la disconformidad que muestren, será la luz que cree la duda para la libre expresión de las ideas e intereses comunes.
El pueblo, en su miscelánea, espera la combinación eficiente para superar la umbría que sea virtud de un modelo claro y nítido. El nuevo Gobierno, ha de ser nave nodriza desde donde se debe diligenciar este aprieto y desequilibrio social, para hacer una derrama y distribución del empuje de una España con síntomas de fiebre que es aviso de fractura y patología social. Con la banca entenderse para que abran las exclusas y fluya el circulante. Con Europa conviene superar el defecto estructural de salvadores y salvados, para evitar la temida criadora de nervios de la Europa de las dos velocidades. Un Europeísmo congénito que ha heredado la desconfianza como una alegoría, donde lo que apremia es controlar la inflación, que es como un tabú de esta Europa fría y boscosa. Y sobre todo, poniendo empatía en las políticas sociales que no pueden quedar mutiladas por desdenes e indiferencias por ser hostil la malquerencia.
Los espacios opuestos están destinados a entenderse; de izquierda y de derecha, de mar y de cordillera, y viceversa. Porque lo contrario sería absurdo, arbitrario, oprimido e insolente. Mientras, servidor mira desde detrás del visillo de la ventana que enfoca hacia un mundo que permuta fugazmente, quizás demasiado deprisa. Por eso, hay que mirar hacia el punto que más ilumina, que es el que más calienta la semilla de una nueva primavera. Los progresistas pensamos aquello que decía Charlotte Morrow: "Si un partido político se atribuye el mérito de la lluvia, no debe extrañarse que sus adversarios le hagan culpable de la sequía."
Sergio Farras, escritor tremendista.
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