Jabalíes en las carreteras
jueves 10 de noviembre de 2011, 08:13h
En la madrugada de ayer, cuando regresaba
de un mitin electoral, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez
Feijoo, sufrió un accidente de tráfico, del que salieron ilesos tanto él como
sus tres acompañantes, cuando dos jabalíes embistieron su vehículo en la
autovía Orense-Santiago, entre las localidades de Lalín y Dozón.
Este suceso no es un hecho aislado ni, por
desgracia, las consecuencias de otros choques con animales son tan anecdóticas
(sólo daños en la parte delantera del vehículo) como en el caso del presidente
gallego. Se calcula que cada año se producen en España más de diez mil
accidentes de tráfico con más de veinte
víctimas mortales, además de unos trescientos heridos de distinta
gravedad, y en los que está involucrados animales en libertad, ya sean cérvidos,
equinos, vacunos, aves, zorros, perros o
jabalíes. Las estadísticas demuestran que los jabalíes se han hecho habituales
en las carreteras españolas, especialmente en las secundarias, y ahí tenemos el caso reciente de las dos
personas fallecidas y los cuatro heridos el pasado día 2 en la localidad
valenciana de Requena cuando un jabalí irrumpió en la calzada, obligó a un
conductor a dar un volantazo, y se
produjo una colisión frontal de consecuencias trágicas con un vehículo que
circulaba en dirección contraria. La polémica está servida: los conductores se encuentran
con obstáculos inesperados, se juegan la vida cuando circulan cumpliendo las
normas de Tráfico, y algunos ecologistas denuncian que cada día mueren
atropellados en las carreteras españolas unos mil animales salvajes, unos 365.000
al año, si nos salen las cuentas. Se habla de los cazadores que espantan a los
animales y que los obligan a salir de su hábitat natural; de los excursionistas
y de los buscadores de setas, que invaden los territorios de la fauna salvaje;
de la falta de vallas y protecciones que eviten que esa fauna acceda a las
carreteras; de que ya existen en el mercado repelentes olfativos para
cérvidos y jabalíes, pero que no se utilizan porque son caros.
Lo cierto es que a las carreteras españolas
se les añade un nuevo factor de riesgo para los conductores y para los
viajeros. Ayer nos comentaba un amigo de Oviedo que, en pleno centro de la
ciudad, a las puertas del colegio público La Gesta (donde la princesa Doña
Letizia estudió las primeras letras) es habitual encontrar en la noche a una
pareja de jabalíes, seguida de sus crías, los llamados "rayones", que deambulan
por la capital asturiana como Pedro por su casa. Algo habrá que hacer para
contener esa invasión que no en todas las ocasiones se queda en un puro
susto, como le ocurrió al presidente gallego Núñez Feijoo. No hay que
exterminar, claro está, la bendita fauna, pero tampoco se puede consentir que
el mapa de carreteras de España sea un inesperado e involuntario safari , cada
día más peligroso.