Las próximas
elecciones legislativas del 20 de noviembre tienen trampa. Una trampa saducea
que diría
Adolfo Suarez. Convocadas para elegir
diputados y senadores, la poderosa máquina
mediática las convierte en una elección a dos, como si de la elección del
presidente de la República se tratara. Y sin embargo no
vivimos bajo un régimen republicano que eligen un presidente para cuatro años sino en un sistema basado
en una monarquía parlamentaria cuyo
Jefe del Estado es rey que
además preside un estado autonómico, a la hora de hacer real lo
que es real a nivel de calle.
Sin embargo todo este montaje en la
práctica no es verdad. El 20 de noviembre se elegirán 350 diputados y 270 senadores, estos en
listas abiertas, pero parecería que solo se opta entre el
Rubalcaba
conocido o el
Rajoy por conocer. Es un decir. Rajoy ha sido ministro de
Administraciones Públicas, del Interior así como Vicepresidente del gobierno. Nada nuevo bajo el sol. Pero que todos los
medios de comunicación,
sobre todo los públicos, cuya obligación es velar por la
pluralidad y así lo mandan sus estatutos, propicien a todas horas un pugilato a dos, hacen de éstas
elecciones una contienda con trampa y el espacio demediado donde los demás
partidos concurren con las manos atadas a la espalda a cuenta de la
venta de un falso voto útil para los partidos que se dicen
vertebradores de España.
Me recuerda
este planteamiento al del fútbol. O Real Madrid o Barcelona. Los
demás no cuentan y sin embargo la Liga es a
veinte equipos y todos los jugadores tienen posibilidad de meter un gol en el
Bernabéu o en el Camp Nou.
Afortunadamente esto suele cambiar la noche
electoral cuando uno de los dos en liza no alcanza la mayoría absoluta y los votos de diputados y senadores invisibles,
silenciados y menospreciados, adquieren su valor, su dimensión, su protagonismo y
su razón de ser en un sistema parlamentario. Sí, esto es verdad, me dicen pero hasta el 20 de noviembre, solo se
dispara con el cañón Berta del tango.
Otro de los escenarios electorales con el que nos
encontramos los partidos de ámbito vasco es la amnesia. Bildu y Amayur
se presentan como lo nuevo, lo fresco, lo joven, y lo novedoso que va a ir a Madrid
a plantar cara desde el hecho de haber superado una ilegalización y una persecución.
Bildu y Amayur no nacen por generación espontánea. Detrás y de forma mayoritaria está
la mano que ha mecido la cuna, durante cincuenta años.
Manos cuyos dedos han disparado y han utilizado el amonal, han secuestrado, han
extorsionado, han asesinado y en definitiva, han fracasado. No
han logrado ni una Euzkadi socialista reunificada y euskaldun, ni Dios que la
fundó. Casi novecientos cadáveres y setecientos presos, es el balance de 34 años y la ausencia total de la Izquierda Abertzale en el ámbito de las
decisiones claves que le han dado a éste país
un modelo de convivencia, una universidad, unos medios públicos de comunicación, unas nuevas infraestructuras, una
recuperación ordenada del euskera, una apuesta por
la innovación y la investigación, una internacionalización de la economía, una institucionalización eficaz, una consolidada realidad turística y una modernización de
la vida ciudadana. Lo de ellos era el silencio ante la muerte, la manifestación continua, la kale borroka, las operaciones de Okupa, la asunción totalitaria desde la minoría de la marca de lo vasco, las manifestaciones
los fines de semana... No todos, pero sí de la mayoría de ese Movimiento de
Liberación Nacional Vasco.
Con semejante
background,
lo pertinente es la dormidera. "La lucha revolucionaria así lo
ha exigido pero nosotros solo tenemos como misión en
estas elecciones superar al PNV e ir a Madrid a lograr el
reconocimiento del derecho de autodeterminación
para conseguir la independencia". "Lo malo de este planteamiento emocional es
que hay mucha gente que se lo cree. Sobre todo la gente joven, esa
gente que aspira a un mañana mejor y no pasa factura a los 34 años de plomo que nos han hecho vivir, al tiempo y las energías perdidas, a la pésima imagen proyectada, a la gente
extorsionada. Eso al parecer no ha existido. "Somos la fuerza de la historia
que viene a poner las cosas en su sitio utilizando las armas del enemigo: el voto, algo que despreciamos en 1977, cuando ocho diputadillos del PNV,
como así los tildó Monzón,
lograron, junto con una mayoría de la Cámara vaciar todas las cárceles gracias a una ley de amnistía que
abría una oportunidad a la política y a la
convivencia". Bueno pues quienes se han encargado estos 34 años de llenar las cárceles se presentan ahora como los
mensajeros de la paz. Ironías de la vida.
Conozco algo cómo
funcionan las Cortes Generales y lo que puede hacerse en ellas. Desde luego no
política espectáculo. Eso da
para dos tardes. Allí tanto eres, tanto vales. Y entiendo que nadie
vota por agradecimiento sino por las expectativas que se le suscitan. No es
justo, pero es así. Pero si bien todos los períodos legislativos son
importantes, en éste asistiremos a la desaparición de
ETA por consunción, pero sobre todo a un
crudo debate económico-social. Y, ante él, pocas bromas.
A Madrid hay que ir con
credibilidad, programa, trayectoria, equipo, ganas, experiencia y los pies en el suelo y la idea clara
de aprovechar cada resquicio para barrer para casa. Para una Euzkadi de todos.
Quienes crean que votar una
cosa o la contraria da exactamente lo mismo, quienes en lo personal son muy exigentes,
pero friquis en lo político, sepan que en estas elecciones se
están jugando muchas cosas, entre otras, su
futuro. De allí que reivindiquemos los pies en el suelo
y la mirada larga frente al bipartidismo
y a la amnesia. Pero eso sí: que cada cual vote lo que le
dé la gana. ¡Faltaría más!
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