Lo que son las cosas de la política. Decía hace tan sólo unos días, a
raíz de una intervención del ex vicepresidente del Gobierno en el Club
Antares como número uno de la candidatura socialista de Sevilla, que me
daba la impresión que Alfonso Guerra había perdido fuelle, que
había dejado a un lado la mordacidad y la ironía que acostumbraba a
manejar con habilidad en sus intervenciones y que en estos momentos no
se salía del guión de mediocridad que suele marcar el discurso de casi
todos los candidatos. Bueno, pues han debido de llamarle la atención
desde Ferraz sobre su atonía y le han pedido que eche el resto para
levantar los alicaídos ánimos de sus electores, porque, a escasos día de
iniciarse la campaña, Alfonso ya ha comenzado a "dar caña" como le
piden sus incondicionales. Y es curioso porque ha elegido un periódico
poco adicto al régimen, como es el ABC de Sevilla, para arremeter sin
piedad contra la jueza Mercedes Alaya insinuando que está a las órdenes del PP. Y es que alguien, quizás el número dos de su candidatura, José Antonio Viera,
ha tenido que contarle que la jueza en cuestión trata de imputarle en
el turbio asunto de los EREs fraudulentos, lo que sería todo un palo
para la lista del PSOE en Sevilla. Guerra ha utilizado su viejas armas
para atacar a Alaya. "Desde el punto de vista mediático -ha dicho-
pertenece a ese tipo de jueces que quieren mucho la pantalla, eso se
nota. (¿se acordaría de Garzón?) Dicen -añade- que tiene una relación
especial con algún partido politico. Pero yo no lo sé". ¿Se refiere al
PP?, le pregunta el periodista, a lo que Guerra responde "Digo yo,
vamos". Genial, don Alfonso, no lo dice pero lo insinúa todo.
Y
es que en Andalucía hay ahora mismo dos temas que pueden hacer tambalear
la sempiterna hegemonía del PSOE en su habitual granero de votos: el
paro y los EREs falsos. El primero, ya lo estamos viendo, alcanza ya a
casi el 32 por ciento de la población activa con nada más y nada menos
que 1.232.900 parados y con trágicos visos de seguir creciendo en los
próximos meses; el segundo da la impresión de que no se ciñe sólo a la
Consejería de Empleo como parecía en un principio, sino a otros
Departamentos de la Junta que también podrían haber dado extrañas
subvenciones del "fondo de reptiles" a organismos de la cuerda
socialista. La jueza Alaya le ha pedido a la Junta que le aclare si hay
más subvenciones del tipo de los EREs en otras Consejerías como la de
Agricultura o Medio Ambiente, y a José Antonio Griñán se
le ha puesto el pelo erizado y le ha entrado el canguelo temiendo que el
escándalo de los EREs se extienda como una mancha de aceite por las
diversas las áreas de su Gobierno. Lo que le faltaba a Pepe para que en
Madrid le hicieran caso al "dúo dinámico" (Manolo Chaves y Gaspar Zarrías) y le obligaran a renunciar a su candidatura a la Presidencia de la Junta en las autonómicas de marzo del 2012.
A
menos de veinte días para la cita con las urnas, las expectativas de
voto del PSOE en Andalucía no son demasiado halagüeñas. Las encuestas le
dan que sólo ganaría en la provincia de Sevilla y que podría perder
entre diez y doce de los actuales deputados, pasando de 36 a 24-26. Una
debacle en toda regla que, de confirmarse traerá consigo dramáticas
consecuencias para un partido acostumbrado a treinta años
ininterrumpidos de triunfos electorales y que los socialistas tratan de
paliar en lo posible echando el resto en la campaña que comienza el
viernes. El primer sábado de campaña, el 5 de noviembre, el candidato
socialista a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba,
encabezará el mitin que el PSOE tiene previsto dar en el velódromo de
Dos Hermanas, el mismo escenario en el que el PP inició hace dos años el
camino de la recuperación, y en el que piensa congregar a unas 25.000
personas. En él estrarán presentes también el presidente de la Junta y
secretario general del PSOE-A, José Antonio Griñán (quien abrirá el viernes la campaña en Córdoba en apoyo de la ministra Rosa Aguilar), y, por primera vez juntos desde hace más de una década, los dos grandes dinosuarios del partido, Felipe González y Alfonso Guerra.
Toda un despliegue de la "artillería pesada" del PSOE que, a falta de
nuevas caras que ilusionen al personal, continúa recurriendo al "Grupo
de la tortilla" para intentar salvar los muebles. Es lo que hay. Nada
nuevo bajo el sol de otoño.