¿Estamos locos o qué?
Elena Benarroch y la troupe de Almodóvar, de fiesta
domingo 30 de octubre de 2011, 19:18h
Vamos a
suponer que el jueves nos fuimos diez años atrás. Lo digo porque
era una fiesta (como las de antes), porque se podía fumar (como
antes) y porque había una abrumadora gente cercana a la izquierda
(como antes). El lugar, Zurbarán 16 (Madrid), el motivo, la
inauguración de la nueva tienda de Elena
Benarroch. La peletera recibía en la puerta
(como antes) pitillo en mano en lugar de poner un cartel con la
literatura; aquí se puede fumar.
El ambiente
fue distendido y se respiraba amabilidad a la par que cachondeo y,
por supuesto, humo. Carmen Rigalt,
con la que compartí bastante rato de charleta, creo que fue la que
más se alegró con el permiso. Se nos unió a la charla Boris
Izaguirre que siempre sabe salir de las cosas
para comentarlas desde la barrera con ingente sentido del humor y una
gracia que hace que termines descojonándote (literalmente) Le
preguntamos si él era el famoso autor de la no menos famosa frase
"el eje Miami-Caracas" y nos dio todo un repaso de la
construcción de la orilla derecha e izquierda de Brickell Av a
pachas entre el narcotráfico colombiano y el petróleo venezolano
(yo me entiendo). Y hablando de orillas de la izquierda y la derecha,
Pedro Mansilla también
nos instruyó a la Rigalt y a mí (a ella menos, por razones obvias)
de la parte derecha e izquierda de los dos barrios madrileños
separados por la Castellana, a saber; el de Chamberí y el de
Salamanca, comparándolos con la Rive Gauche
y la Rive Droit,
respectivamente...si él lo dice, me lo creo. De las personas del
mundo de la moda, Mansilla es de los pocos leídos, instruidos y
cultos de verdad. Y la verdad es que no entiendo la razón, ni que
entender de tejidos fuese incompatible con leer y estudiar otros
temas...en fin. Qué lástima tengo a veces de no haber estudiado en
el Liceo Francés...
Estuvo la
troupe Almodóvar al
completo pero sin Almodóvar. Como si la foto hubiese sido hecha en
el rockola y hace 30 años, ahí estaban juntas y bien avenidas,
Loles León, Bibiana
Fernández y Rossy de
Palma. Rossy es el sentido común
personificado y la elegancia hecha dentro que sale hacia afuera.
Bibana luchando por no comer almendritas y simpática como siempre.
Desgraciadamente no puedo decir lo mismo de Loles León que todavía
cree que es Ava Gardner y muy poco cortés no quiso fotografiarse con
una fan porque "se iba" aunque lo hizo tres cuartos de hora
después. A veces, a pesar de los años pasados, la fama se les
atraganta. Y las malas digestiones, ya se sabe...
Maleni,
la ex ministra que tanto juego nos dio, también se movía bien por
el entorno. La izquierda y la gente que la apoya, salvando
excepciones, suele ser más distendida en los ambientes festivos pero
también gusta de recordar los apellidos y las procedencia de quien
los tiene. Más que dividir entre izquierda derecha en bandos
opuestos entre sí yo creo que se ajusta más a la realidad dividir a
la gente de "apellido ilustre" de los que somos normales y
corrientes. Los primeros se reconocen entre sí como una especie
diferente independientemente de cuál sea su voto en las urnas. Hay
cosas que nunca cambian.
No vi a
Miguel Bosé porque llegué tarde pero
estuvo. Sí vi (y hablé) con Begoña García
Vaquero (antes Begoña Trapote) Ella ha caído
en la cuenta y se ríe de que antes del noviazgo de su hermana con
Felipe González la
denominaban con el apellido de su marido. Ahora, por arte de magia,
lo ha recuperado. Suponemos por qué.
Ana
García Siñeriz también caminó por allí
tan llena de aplomo como siempre. Anda preparando nuevos proyectos y
habló con servidora de la maternidad...hay cosas que unen mucho.
Mario
Vaquerizo (sin Alaska) posó amablemente con
todo el que se lo pidió, así como firmar autógrafos (la tele hace
estragos) y hablar sin ganas de "me quiero ir".
Todo un
éxito la fiesta, un éxito del que me alegro, hace falta reactivar
este país aunque sea de optimismo porque está la cosa muy malita.
¡Felicidades, Elena!
Y
felicidades a David y Piti (DYP comunicación) por tratar siempre tan
bien a los periodistas sin distinciones.