Dos son las cuestiones que se han preocupado en recalcar los mandatarios políticos. El carácter temporal de la medida, por su excepcionalidad, y la advertencia de que los bancos no pueden estrangular más el crédito a beneficio de un provisionamiento más fácil. Las entidades deben alcanzar el ratio de capital del 9% tras valorar a precio de mercado la deuda pública que tienen en su cartera con precios a 30 de septiembre de 2011. En el caso de España, eso supondría una depreciación de menos del 2% en sus bonos soberanos, según dijo el sábado la vicepresidenta Económica,
Elena Salgado.
El acuerdo da vía libre al plan plan de recapitalización del sector bancario que ya había dibujado Bruselas. De hecho, en un borrador previo a la cumbre de apenas tres páginas se hablaba ya de "consenso" sobre las medidas centradas en el sector financiero. Entre ellas también se destacaba la voluntad de la UE de
restringir los dividendos y los bonus de las entidades que necesiten reforzar sus niveles de capital. La banca ya se temía lo peor: precisamente hoy BBVA hablaba de estar ya preparada para generar 4.700 millones con vistas a una
posible recapitalización de la banca, barajada por Bruselas para afrontar el
impacto de las quitas y el valor de la deuda pública; Cano recordó además que
BBVA lideró las pruebas de solvencia de junio, con un core capital del
9%.
No obstante, los líderes europeos han eludido concretar quienes y cuánto capital necesitarán estos bancos sistémicos. El ministro de Finanzas polaco, Jacek Rostowski, ha dicho que la cifra dependerá del porcentaje de pérdidas que deban asumir sobre los bonos griegos, algo que todavía tiene que pactarse en la cumbre del Eurogrupo, y "será anunciada en su momento por la Autoridad Bancaria Europa (EBA, por sus siglas en inglés) y no aquí en la cumbre". La EBA ha calculado unas necesidades de capital de alrededor de 100.000 millones de euros, según diversas fuentes, frente a los 200.000 millones que estima el Fondo Monetario Internacional.
Los puntos principales del acuerdoEn líneas generales, la banca tiene ocho meses para elevar su capital hasta
el 9 %, y durante este periodo tendrá limitado el reparto de bonos a la alta
dirección y dividendos para el accionista.
Además de valorar su cartera de deuda soberana, podrá captar liquidez en los mercados con garantías de la UE y, por tanto, a mejores precios, además de contabilizar sus emisiones de bonos convertibles como capital de máxima calidad, como reclamaba la banca española.
En total, se calcula que la gran banca necesitará recapitalizarse en unos 108.000 millones de euros, tal y como estableció hace unos días el consejo de ministros de finanzas (ECOFIN).
Dado que el capital de máxima calidad es una ecuación que combina el capital y las reservas, por un lado, y los activos de riesgo, por otro, la UE advierte a las entidades que eviten la tentación de atacar el lado incorrecto, el de los activos de riesgo, y cierren así el grifo de la concesión de créditos. Para alcanzar el umbral exigido, "los bancos deben usar primero fuentes privadas de capital, incluyendo la reestructuración y conversión de instrumentos de deuda en capital". "Si es necesario, los Gobiernos nacionales deben prestar ayuda, y si este apoyo no está disponible, la recapitalización deberá financiarse vía un préstamo del fondo europeo de estabilidad financiera", destacan las conclusiones.
Los líderes europeos reclaman a los supervisores nacionales que garanticen que "los planes de los bancos para reforzar su capital no lleven a un excesivo desapalancamiento o a una presión indebida sobre la deuda soberana y que se mantenga el flujo de crédito a la economía real".
La recapitalización afectará sólo a las grandes entidades de la UE consideradas sistémicas. En el caso de España, se trataría entonces del Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia y Popular. El Gobierno español ha repetido que confía en que las entidades bancarias españolas que puedan necesitar más capital logren los fondos necesarios a través del mercado privado y ha descartado que puedan necesitar fondos públicos.
Los líderes europeos han dejado claro que la recapitalización de la banca forma parte de un plan más amplio que incluye además una quita sobre la deuda griega y el refuerzo del fondo de rescate para países endeudados. Los otros dos pilares deben ser aprobados por los jefes de Estado y de Gobierno de los 27, sin la participación de los 10 Estados miembros que no están en la eurozona.
"La recapitalización de los bancos ha sido acordada, pero sólo se impulsará cuando las otras partes del paquete reciban luz verde", ha dicho el primer ministro británico,
David Cameron, al término de la reunión. Los líderes europeos han encargado a sus ministros de Economía que finalicen el trabajo y adopten todas las medidas necesarias de seguimiento.