El cabecilla de la Gürtel no saldrá de prisión con una 'pulserita'
miércoles 19 de octubre de 2011, 19:10h
La Guardia Civil ha concluido en un informe sobre la existencia de
medidas de control telemático a imponer al empresario Francisco Correa
que "no se puede garantizar, con plena y absoluta fiabilidad", el
control de una persona con las circunstancias que presenta el presunto
'cerebro' de la trama de corrupción Gürtel a la vista de los delitos
graves de los que se le acusa.
Ésta es la conclusión a la que llega la Comandancia de la Guardia
Civil en el informe que da cumplimiento al requerimiento del juez
Antonio Pedreira, que instruye la rama madrileña del caso, para que
informe sobre la fiabilidad en la imposición de medidas de control
telemático a Correa para dejarle en libertad provisional. A este informe se añade otro de la Subsecretaria de Instituciones
Penitencias que aclara al magistrado instructor que no tiene competencia
para la ejecución de una medida cautelar de vigilancia electrónica, ya
que éstas están destinadas a presos penados.
Sendos documentos dan respuesta a la petición de Pedreira de
recabar información a instancias de la Sala de lo Civil y Penal del
TSJM, que revocó la imposición de la fianza de 15 millones de euros.
En el informe, la Guardia Civil especifica en qué consiste la
imposición de una pulsera electrónica, ya sea en el tobillo o en la
muñeca, lo que consiste en un transmisor con una batería que envía
señales a un GPS.
Sobre la garantía de control de este sistema, el documento indica
que "no se puede imposibilitar el abandono del perímetro o la entrada en
zonas prohibidas". Además, precisa que estos brazaletes están
elaborados con un material de plástico hipoalérgico muy resistente, pero
reconoce que "no resulta imposible su ruptura" y añade que, en este
caso, se desencadenaría una llamada de alarma a la central.
La Guardia Civil señala que estas pulseras electrónicas se usan
para órdenes de alejamiento en materia de Violencia de Género, con
"resultados muy favorables y positivos".
En el caso de Correa, indica que se trata de una persona que se
enfrenta a una posibles condenas por delitos graves, penadas con varios
años de ingreso en prisión, lo que "podría generar esa voluntad y
determinación" de tratar de sustraerse de la acción de la Justicia.
"De las investigaciones ya realizadas, se determina, de forma
prácticamente inequívoca, que dicho sujeto podría contar con negocios,
recursos económicos y propiedades en varios países, lo que le
posibilitaría el poder hacerlo con la fiabilidad y perdurabilidad
necesarias para sustraerse a la acción de la Justicia española".
Sólo en casos de maltrato
Por otro lado, el comisario jefe de la Brigada de Blanqueo de
Capitales de la Policía Nacional, José Luis Fernández Gudiña, informó
hace dos semanas al juez de que en el ámbito del Cuerpo Nacional de la
Policía sólo se dispone de seguimiento a presos preventivos por medios
telemáticos en casos de violencia de género.
En el documento, el comisario recalcaba que Correa se haya
ingresado en prisión preventiva, que depende de la Secretaría General de
Instituciones Penitenciarias. Por ello, informaba de que se ha remitido
un escrito a esta institución en el que se solicita que informe sobre
la petición de Pedreira.
Además, adelantó que "se están practicando gestiones ante la
empresa SECURITAS, adjudicataria del control de servicio de control
telemático de personas, tendente a obtener la información interesada".
Un día después de que la Sala planteará imponer medidas de control
a Correa, la secretaria general de Instituciones Penitenciarias,
Mercedes Gallizo, cuestionó que sea legal aplicar una pulsera telemática
a Correa, sin haber sido antes juzgado y condenado. "El sistema penitenciario tiene medios de control telemático como
sistemas de mayor garantía para quienes salen de permiso o están en
tercer grado, pero no está previsto para personas que no están aún
juzgadas o condenadas. No se si está regulado legalmente que estas
personas puedan estar privadas de libertad por medio de un sistema
telemático", aseguró Gallizo.