El futuro de la Universidad
domingo 16 de octubre de 2011, 09:41h
El
actual Gobierno, lo es aunque los ministros ya estén recogiendo, anda
bombardeando con proyectos al Consejo de Estado como si hubiera alguna
posibilidad de que pudieran ser aprobados. Pueden servir para la estadística,
pero es otra forma de perder el tiempo. Iniciativas que nunca verán la luz, que
tienen que ser informadas por la institución y que, eso sí, formarán parte de
las estadísticas. Puro marketing. Entre esos proyectos parece que figura otro
del Ministerio de Educación que aborda la reforma de la Universidad y que
sugiere la fusión de las Universidades españolas. El entusiasmo de los rectores
universitarios ante la idea es manifiestamente descriptible. Ninguno, porque
eso significaría perder su parcela de poder.
Si
se fusionan los Bancos o las Cajas de Ahorros, si se habla de reducir el número
de ayuntamientos y de gestionar servicios comunes, a la Universidad le llegará
el turno antes que después. Ni hay dinero ni profesores ni calidad suficiente.
Europa aprieta y, como siempre, algunos países ya recorren el camino cuando
nosotros ni siquiera hemos empezado a hablar de ello. En Finlandia ya han
pasado de veinte Universidades a quince. En Dinamarca, de veinticinco ¡a ocho!
Y en Francia, que tenía 85 Universidades, no sólo han hecho ya algunas fusiones
sino que han integrado en ellas los institutos públicos de investigación,
porque Universidad e investigación son un todo. Es más, Francia quiere imponer
la competitividad entre Universidades francesas y de éstas con las de todo el
mundo, haciendo ligas por niveles. Darán más dinero a las Universidades pero
con condiciones y objetivos. Eso aquí sería impensable.
¿Y
en España, qué? Tenemos 50 Universidades públicas y 28 privadas, con 223
campus, que ofrecen 2.338 grados y 2.429 másteres oficiales, muchos de ellos
repetidos en la ciudad de al lado, apenas a cincuenta o cien kilómetros y en
algunos casos con matrículas de diez o quince alumnos. Saldría más barato
becarlos en Oxford que tenerlos aquí. ¿Sobran Universidades en España? Sin duda
ninguna. Casi la mitad se han creado por razones políticas y no por necesidades
educativas. ¿Es posible alcanzar un acuerdo para hacerlo? Me temo que no. Casi
todos los afectados creen que sobran, pero no en su comunidad autónoma, claro.
¿Hay dinero para mantener este dispendio? No, porque los estudiantes pagan el
diez por ciento de lo que cuesta su enseñanza y el resto va a cuenta de
nuestros impuestos. Algunas Universidades, como la Complutense que debe 160
millones de euros, viven una agonía para pagar sus nóminas y a sus proveedores.
¿Necesitamos tantos universitarios? Nuestro déficit está en los técnicos
medios, en la Formación Profesional, pero eso no vende, y en la baja calidad de
los niveles anteriores, con un gravísimo fracaso escolar. La propuesta de Gabilondo
no prosperará, pero alguien tendrá que hincar el diente a un problema clave
para la formación de nuestro capital humano. Otra vez podemos perder el tren
del cambio.
francisco.muro@planalfa.es