Al comienzo de toda historia del la 'operación campeón',
nadie podía ocultar el interés por la noticia: el ministro
José Blanco podría
haber cobrado una serie de comisiones del empresario gallego
Jorge Dorribo a
cambio de una serie de favores desde el Gobierno central. 'El Mundo' se apuntó un
buen tanto informativo, pero pronto la historia ha traspasado los límites de la
decencia. Porque lo que está claro desde el primer segundo de este culebrón es
que Dorribo se autoinculpó, así que deliberadamente el periódico dirigido
por
Pedro J. Ramírez exhibe en sus portadas las declaraciones y las maneras de
este empresario 'culpable' de corrupción.
El caso es que este jueves esas barreras se han traspasado
hasta la indecencia, dejando casi el hueco diario para que este individuo goce
de sus titulares y su espacio fotográfico destacado en portada. Dorribo aparece
en portada luciendo archivadores y posando para las cámaras como si de un héroe
ciudadano se tratase. Impresionante. ¿Hacia donde se dirige la información política en nuestro país si presumimos de presuntos delincuentes que se benefician del dinero público? Más bien debería asquearnos, y lucir músculo en portada resulta grotesco.
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