jueves 06 de octubre de 2011, 17:55h
No se si es
posible pedir a los políticos que eleven un punto el nivel de sus propuestas y
de sus discursos o vamos a seguir igual hasta las elecciones y, lo que sería
aún peor, después. No sólo el nivel, sino los objetivos. Jugar al
cortoplacismo, a buscar el titular del próximo telediario, aunque para ello
haya que proponer hoy una cosa y mañana la contraria, es una apuesta que
conduce a la derrota aunque produzca apariencias de éxito. O de caos. "Bendito
sea el caos, porque es síntoma de libertad" decía Tierno Galván... En el caos es donde mejor se mueven algunos
políticos.
"Vivir bien,
decía el filósofo Rafael Argullol,
es conseguir que el mañana tenga envidia del hoy". Por primera vez posiblemente
desde la guerra civil española o incluso antes, la generación más joven va a
vivir mañana peor que la de sus padres. Ellos tendrán envidia del ayer y eso es
lo peor que puede suceder en una sociedad que cambia aceleradamente para mejor.
Hay informes internacionales que anuncian
que España entrará en recesión en 2012, descartando cualquier "efecto
electoral". Y existe el convencimiento social
de que la situación va a
empeorar. No parece que la confianza en los políticos vaya a mejorar porque sí
y menos por las promesas electorales, salvo que se busquen otras vías, se
asuman otras responsabilidades y, sobre todo, se cambie el discurso. Hay que
pasar de lo que conviene o sería deseable a lo que es posible, justo e imprescindible.
No se pueden exigir esfuerzos a los ciudadanos cuando las Administraciones no
son capaces de recortar sus gastos.
Así que los
partidos deberían firmar ante notario -éstos pactos sí, y no otros- sus
compromisos en los temas en los que nos jugamos de verdad el futuro: creación
de empleo, pensiones, reforma del sistema financiero, del sistema educativo, de
la sanidad y de la justicia, modelo territorial, política energética y, sobre
todo, lucha contra el fraude. Porque mientras unos hablan de subir los impuestos
y otros hasta de bajarlos, casi ninguno le ha metido mano -ni los sindicatos
protestan- al fraude que hace que los que más tienen paguen menos que los que
sólo cobran una nómina, que la economía sumergida crezca sin problemas y que
haya unos pocos empresarios que viven al amparo de políticos y unos pocos
políticos que se lucran al lado de empresarios sin que caiga sobre ellos
inmediatamente ni la inspección de Hacienda ni la Justicia. Argullol dice
también que "colectivamente vivimos en una sociedad en la que la gente prefiere
mil veces estar en la grada juzgando que estar en la arena actuando". También
hay que cambiar eso.
francisco.muro@planalfa.es