Los ataques comenzaron pronto y Sieberg, Hervé y el español Rubén Pérez supieron coger la escapada buena del día. Rodaron sólos gran parte de la carrera e incluso el español estuvo como líder virtual de la carrera gran parte de la misma. Pero el pelotón esta vez tenía medidos muy bien los tiempos y cuando tuvo que ponerse a trabajar, la distancia se redujo a pasos agigantados.
A tres kilómetros para el final se acababa el sueño para estos tres aventureros que veían como el pelotón tiraba al traste todo el trabajo realizado. Últimos kilómetros de carrera y los equipos preparaban el sprint para sus velocistas.
Pero algo iba a suceder que condicionaría los instantes finales de carrera. La caída de varios ciclistas cortaba al grueso de carrera dejando un grupeto con una selección de ciclistas, entre los cuales se encontraba el español Oscar Freire, para jugarse la etapa al sprint.
Esta vez no pudo ser y Freire se marchó hasta la novena posición. La etapa se la llevó el ciclista del Quick Step Steegmans que le arrebató la gloria a su compañero de equipo, Tom Bonnen, que corría en casa y se vió relegado finalmente a la segunda posición.