Piden 13 años de prisión por abuso sexual a un niño desde los 5 a los 14 años

La representante del Ministerio Público consideró la actuación de José Francisco M. constitutiva de dos delitos continuados de abuso sexual por los reiteradas vejaciones que sufrió el menor. Además, pidió que indemnice con 30.000 euros al joven y se le imponga la prohibición de aproximarse a su víctima, ahora de 17 años, a una distancia no inferior a 500 metros.

Durante su declaración ante la Sección Decimoquinta, José Francisco, conocido como Pepe, relató al tribunal que acudía frecuentemente a la plaza del pueblo para invitar al menor a su casa a merendar, puesto que éste se encontraba en "una situación de desamparo porque la madre le había abandonado".

"Yo me acercaba y le decía si había merendado", relató el encausado, quien solía dar al niño algo de dinero cada vez que, según la fiscal, mantenía algún tipo de contacto con él. La Fiscalía sostiene que Pepe abusó en reiteradas ocasiones del menor, aprovechando que en su vivienda no se encontraba su pareja.

Según la acusación, el niño, que vivía con su tía, tenía 5 años la primera vez el acusado le obligó a mantener relaciones sexuales. Ese día, Pepe le invitó a comer a su casa, ofrecimiento que aceptó acompañado de su hermano, aunque éste se marcho al rato. Tras ello, el procesado abusó sexualmente del niño.

Por su parte, el menor ratificó en su declaración los abusos sexuales de los que fue objeto durante cerca de 9 años, a pesar de que fue consciente de ello a partir de los 14 años. "Para mí yo no estaba haciendo nada malo. Era algo normal", señaló la víctima, aunque reconoció que entonces sintió "miedo" con las amenazas de José Francisco si contaba lo que estaba sucediendo.

Preguntado sobre cómo se llevaban a cabo los abusos, el joven recordó que Pepe solía acudir a la plaza de Valdemaqueda para invitarle a ir a su casa, donde le daba dinero y regalos. "Me venía a buscar a la plaza. En su casa, me obligaba a tocarle y hacerle una felación", apuntó.

Al paso de los años, su tía comenzó a darse cuenta de lo que pasaba, hasta que un día su sobrino, que actualmente recibe tratamiento psicológico, le contó todo lo que había ocurrido durante ese periodo.