Por eso, miembros de PETA de todo el mundo han escrito a la alcaldesa de Pamplona para "solicitarle que adopte la nueva festiva tradición del 'Encierro Humano' y reemplace la vieja y cruel que utiliza a los toros, los cuales al correr aterrados por las estrechas calles de Pamplona en ocasiones resbalan y caen, lastimándose o rompiéndose las patas".
Una de las activistas de PETA es Aída Abas, una dentista madrileña de 26 años que además colabora con Dentintas sin Fronteras. Aída, en su lucha por la defensa de la dignidad de los animales, se decidió a ir hasta Pamplona para protestar contra los encierros y las corridas de toros.
Pero Aída no iba sola, cientos de personas la acompañaron en la sexta edición de del 'Encierro Humano' de PETA recorriendo la ruta tradicional de los encierros de la capital navarra con un atuendo muy poco convencional: lucían nada más que un par de cuernos de plástico y pañoleta roja.
De tal guisa,según infoma la web de la asociación,los participantes buscaban informar a los turistas sobre las alternativas que no conllevan "la estampida de animales asustados que terminarán torturados en la plaza cada tarde durante los Sanfermines".
Según los organizadores, este año el 'Encierro Humano' ha contado con el doble de participación que el año pasado, cuando llegaron a Pamplona 1.200 activistas.