Toro dijo que únicamente quería concretar dos datos que considera no han quedado suficientemente claros. Así indicó que nunca entregó al acusado Rafa Zouhier una muestra de explosivo y dijo que tampoco le dió detonadores.
En este sentido, agregó que la prueba esgrimida por las acusaciones para demostrar su viaje a Madrid para realizar la entrega de estos dispositivos es que utilizó para el desplazamiento un Renault Megane. Resaltó que, según se ha podido comprobar a través de la sentencia de la Operación Pipol, en la que fue juzgado por tráfico de drogas, en aquel momento, verano de 2003, el coche se encontraba en un desguace.
Antonio Toro está acusado de los delitos de colaboración con organización terrorista, suministro de sustancias explosivas y asociación ilícita, delitos por los que el Ministerio Público solicita 23 años de cárcel. Por parte José Emilio Suárez Trashorras, para el que la Fiscalía pide 38.962 años de prisión, declinó dirigirse al tribunal.