No deja de chocar la lista de invitados que ha elaborado el presidente del Congreso,
José Bono, para que compartan con él un almuerzo privado este miércoles en el Congreso para conmemorar del 30º aniversario del fallido golpe de Estado del 23-F.Como se sabe, el Rey Don
Juan Carlos será el invitado de honor de Bono. En virtud de su cargo, también asistirá el presidente del Gobierno,
José Luis Rodríguez Zapatero, pese a que no era diputado aquel fatídico 23-F de 1981. Además, el presidente de la Cámara ha decidido que compartan mesa y mantel
Landelino Lavilla, que entonces era presidente del Congreso; el ex presidente del Gobierno,
Felipe González, que en ese momento era el líder del PSOE y jefe de la oposición; los constitucionalistas
Manuel Fraga, hoy senador del PP, y
Miquel Roca, el ex dirigente de CiU, retirado ya de la vida política; y el ex dirigente del PCE, Santiago Carrillo, cuya frenética actividad pública deja asombrado a cualquiera. A última hora se ha sabido que también asistirá el portavoz del PNV en aquel momento,
Marcos Vizkaya. Y ahí se acaba lista.
Pero extraña el hecho de que Bono no haya incluido a dos políticos históricos en ese selectivo almuerzo. Uno de ellos,
Alfonso Guerra, que jugó un importante papel en la elaboración de la Constitución de 1978 y es el único diputado que ha logrado mantenerse ininterrumpidamente en su escaño desde la Legislatura Constituyente. Y otro,
Miguel Herrero y
Rodríguez de Miñón, que fue uno de los ‘siete padres’ de la Constitución y ahora es miembro del Consejo de Estado. Fuentes de la Cámara argumentaron que Bono había seleccionado a un dirigente destacado de cada grupo parlamentario y que por eso ni uno ni otro no acuden al almuerzo. Pero a nadie se le escapa que Felipe González y Guerra siguen sin recomponer sus relaciones por mucho ‘paripé’ que montaran hace unos años para rememorar la primera victoria del PSOE fotografiándose juntos en la ventana del Hotel Palace desde la que saludaron a sus militantes y enfervorecido electorado. Y también es de sobra conocido que Fraga despreció la candidatura de Herrero de Miñón y apostó por
Antonio Hernández Mancha para sucederle al frente de la antigua Alianza Popular. Sus discrepancias dentro del PP le llevaron finalmente a abandonar el partido.
Especial 30º aniversario del 23-F