La comparecencia del presidente del Gobierno,
José Luís Rodríguez Zapatero, ante el plenario del Grupo Socialista en el Congreso era sin duda el 'plato fuerte’ de la jornada de este martes, repleta de reuniones políticas, todas ellas con un mono-tema en el orden del día: la reforma de las pensiones. Y a eso precisamente venía el líder del PSOE, a explicar ante sus diputados y senadores las bondades del acuerdo cerrado de momento tan solo con sindicatos y empresarios. El objetivo del presidente ahora es sumar al pacto a todos los grupos parlamentarios, algo que ya sabe que va a ser imposible.
En el vestíbulo del Congreso que da a la calle Cedaceros un enjambre de cámaras de televisión y fotógrafos esperaban la entrada del presidente con una gran expectación. Pero Zapatero no entró por esa puerta sino por la principal, situada en la Carrera de San Jerónimo. El coche oficial se quedó en el patio del Congreso y desde allí el presidente atravesó el largo pasillo que desemboca en unas escaleras por la que se sube a la sala de Columnas, donde se celebró la reunión. Pero no iba solo. Un enorme ‘séquito’ de ministros y cargos del partido le seguían junto a funcionarios de la Moncloa y sus inseparables escoltas. Entre otros, le acompañaban el ministro de la Presidencia,
Ramón Jáuregui; el de Educación,
Ángel Gabilondo; el portavoz del PSOE,
José Antonio Alonso y el secretario de Estado de Comunicación,
Félix Monteira.
‘Casualmente’ esa imagen del paseíllo presidencial sólo pudo captarla la fotógrafa del PSOE que se encontraba preparada para disparar su cámara. Al entrar en la sala, Zapatero fue recibido por un fuerte aplausos de su grupo parlamentario y del resto de sus ministros, que también acudieron disciplinadamente a la cita.
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