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Europa, en la sombra del rescate

Europa, en la sombra del rescate

lunes 17 de enero de 2011, 16:08h

Mañana 18 de enero de 2011 se celebra en Bruselas la primera sesión del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros del presente año bajo la Presidencia del Ministro de Economía de Hungría, en cuyo orden del día figura la presentación del Programa de Trabajo de dicha Presidencia para este trimestre y alguna cuestión de gran importancia como la puesta en marcha del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, justamente una parte importante de los actuales males de quienes han ignorado su cumplimiento.

La situación causada por la crisis financiera y la propia crisis económica es tremendamente crítica en toda la Unión y muy especialmente en algunos países. La Unión Europea no supo calibrar las consecuencias de una crisis financiera claramente conocida en los Estados Unidos a finales de 2006 y tuvo que esperar hasta el 9 de mayo de 2010, una fecha especialmente simbólica por ser el día en que la Unión Europea cumplía 60 años para la creación de un Fondo de Rescate Financiero permanente dotado de 750.000 millones de euros del cual en la Unión Europea los Estados pusieron 440.000 y la Comisión 60.000 y el FMI el resto, 250.000. Es importante recordar que cada Estado de la Unión participa con una cuota y consecuentemente Alemania y Francia son los que más aportan y ello explica que su opinión ha de tener una consideración mayor porque son sus electorados los que les están preguntando por qué se rescata a otros países con sus impuestos o con sus aportaciones.

La intervención de Grecia se produjo el 6 de mayo de 2010, dando el visto bueno al desembolso de 80.000 millones de euros y la intervención de Irlanda el 15 de noviembre produciéndose la primera emisión de bonos destinada a financiar el fondo de rescate de Irlanda el 5 de enero de 2011. Para entonces ya se generalizaba la noticia de que Bruselas presionaba para ampliar el Fondo de Rescate a un billón de euros y pronto se anunciaría que Bruselas estaba buscando incluso duplicar la cantidad habilitada hasta un billón y medio de Euros.

A mediados de enero se planteaba el rescate de Portugal, que deberá hacer frente a importantes vencimientos de deuda entre mediados de enero y abril. El apoyo del Banco Central Europeo permitió aliviar los intereses que los inversores exigen a sus bonos frenándose el repunte de las primas de riesgo lo que permitió asimismo salvar la situación en las Bolsas, evitando la caída. Queda claro que la situación financiera de algunos Estados de la Unión sigue siendo crítica, todo el mundo pone ya en la lista de aquellos países en crisis o en peligro de quiebra además de a los intervenidos Grecia e Irlanda, situando en el marco de juego del Fondo de Rescate, a la referida Portugal y otros Estados como España, Italia, Bélgica… En la situación actual el rescate de  Portugal ocasionaría un problema de fondo para el posible o inevitable rescate de España y de otros países porque solo pueden acogerse 3 países al mismo tiempo –la norma establece que si son más de 3 los países que reciben la ayuda, el Fondo pierde la calificación AAA, con lo que el Euro y el mercado de renta variable se situarían en una fuerte presión bajista-. La ayuda que necesitaría España o en su caso Italia sería demasiado grande. Posiblemente después del Consejo Europeo y de la nueva situación política del país, Portugal entre en el Fondo de Rescate. La cuestión está en que el rescate de Irlanda y el previsible de Portugal eliminarían 2/3 de la capacidad de financiación del Fondo de Rescate puesto que además las agencias de crédito han declarado que el Fondo debe mantener un 120% de garantía y un colchón de efectivo para permanecer AAA. Además los rescates tienen una tasa de interés hasta ahora realmente punitivos, de un 5,5%. ¿Cómo se supone que un Estado con un PIB en contracción va a pagar esos préstamos?

Todo ello hace que la situación sea tan grave y tan delicada que este Consejo de Ministros de Economía y Finanzas próximo se plantee afrontar la crisis financiera con una ampliación del Fondo de Rescate que pueda permitir el eventual socorro de economías como la española o la italiana demasiado grandes para caer –too big to fail- y se permita la compra de forma preventiva de deuda pública de países en apuros o que se les conceda créditos para apuntalar su liquidez evitando una crisis de solvencia. Asimismo que en consideración de la grave crisis se articulen préstamos con tipos de interés más amistosos que los girados a Grecia e Irlanda, entre el 5 y el 6%. Lo que se decida se verá mañana al acabar el Consejo que no es sino un anticipo del Consejo Europeo extraordinario que se celebrará el 4 de febrero en el que la capacidad del dificil entendimiento entre los 27 o entre los grandes y menos grandes por fortuna está en manos de un hombre hábil y paciente que es el Presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy quien se ha responsabilizado con su Task Force a marcar la estrategia de la recuperación económica presente y futura. Estoy seguro además que Angela Merkel, es decir, Alemania, comprenderá la gravedad de la situación y como siempre dijo, “estoy dispuesta a cualquier sacrificio”.

Con respecto a España puede decirse que nuestro gobierno es partidario de que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera pueda comprar deuda soberana de países en dificultades o conceder préstamos a corto plazo que aliviarian la presión de los mercados sobre los bonos de los Estados, que son percibidos como más vulnerables. En este sentido apoya la idea del Presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, de crear una agencia de emisión de Eurobonos respladados por las economías de la eurozona. Como esto es más difícil, de momento prefiere centrarse en conseguir que el Fondo de Rescate sea más flexible y tenga más recursos. Pero evidentemente son Alemania y Francia los que se oponen a aumentar sus aportaciones al Fondo entre otras cuestiones por el coste político que ello supone de cara al electorado. Por otra parte nadie tiene duda de la situación más que delicada de España, tanto de la deuda soberana, deuda del Estado como de su sector financiero, cajas de ahorro y bancos. Paul Krugman, premio Nobel de Economía 2008, nos lo acaba de recordar; “el corazón de la crisis es España” y sus problemas son el reflejo de los golpes asimétricos que ha causado la crisis; burbuja inmobiliaria, estalla la burbuja, disminuye la demanda, “España parece ahora condenada a sufrir años de deflacción y mucho paro”.

La deuda soberana es enorme e impide que el país pueda afrontar entre otras cosas el incremento de un Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) aportación que se resuelve como realmente escasa al servicio de saneamiento de las cajas de ahorro cuya situación es enormemente dificil y para nada reflejada en los tests de estrés de verano de 2010. No sabemos la dimensión real del problema pero se sabe que la exposición de bancos y cajas españoles a la deuda soberana de España es de 154.000 millones de Euros y el Banco de España calculaba a finales de 2009 que la exposición inmobiliaria era de 445.000 millones de Euros. Moddy’s rebajó la calificación de deuda soberana de España por el abultado déficit y el gran endeudamiento así como por los elevados intereses que se han operado sobre ella. La Unión Europea ha de sostener la cotización de la deuda soberana de España mientras que los países europeos se preocupan ante algo que no solo es demasiado grande sino que directamente les afecta; Alemania tiene una exposición de 20.600 millones de euros a España y de 27.600 millones de euros a Italia. Por si fuera poco la oposición política en España clama sobre el excesivo gasto que supone la articulación del sistema autonómico tal como hasta ahora ha funcionado. Pensamos que no parece que es importante cambiar la Constitución de 1978 y su sistema autonómico, bastaría con limitar el gasto público de las entidades territoriales autonómicas para afrontar la dimensión real del problema. En este sentido el nuevo Consejero de Economía de Cataluña, Andreu Mas-Colell, ha empezado reconociendo que lo primero que ha de hacerse es el restablecimiento de la salud de las finanzas públicas.

En lo que todo ello se aclara, la Unión Europea solo tiene dos caminos; reconocer el error de haber construido una Unión Monetaria sin una Unión Económica y establecer en el propio Tratado de Lisboa un Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera que ponga fin a la falta de seriedad de los gobiernos que no han sabido respetar siquiera el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, afrontando ahora la crisis financiera y económica de los Estados más dañados por su bien y sobretodo por la estabilizad de la Zona Euro, o de lo contrario, poner fin a la Zona Euro, a la Unión Monetaria, a la necesaria Unión Económica que no se ha tenido nunca y a la propia Unión Europea como proyecto económico y político.

* Rogelio Pérez-Bustamante (Chaire Jean Monnet)

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