Se puede tratar de un caso de credibilidades, pero el caso es que la Guardia Civil se ha lanzado rauda y veloz a desmentir que la operación contra el dopaje, que apuntó a la atleta
Marta Domínguez y otros deportistas de élite, fuera una cortina de humo para tapar el caos supuesto por la declaración del estado de alarma para acabar con la 'rebelión' de los controladores aéreos.
La Guardia Civil no podía creer cuando escuchaba al portavoz del PP,
Pons, quien dijo que era una "casualidad" -con mucha ironía- que Interior decidiera que el día ideal para hacer una operación muy mediática fuera dos horas después", señaló. Además, lamentó el precedente que se había creado de cara a futuros conflictos laborales, "¿por qué no lo hizo para resolver la huelga de metro [de Madrid]? Si es de transporte, ¿declarará el estado de excepción o el de sitio?
Pues bien, parece que no ha sido así y la Guardia Civil le echa, de paso, una mano al Gobierno, con quien sin embargo mantiene un pulso por sus reformas sobre el Cuerpo. La titular del Juzgado de Instrucción número 24 de Madrid, que dirige la 'operación Galgo', decidió a mediados del pasado mes de noviembre que las detenciones y registros se llevaran a cabo el de diciembre.
En su comunicado, la Guardia Civil explica que la fecha de la operación fue acordada por la juez y la Fiscalía a mediados del pasado mes de noviembre y que la decisión se notificó a la Guardia Civil, que practicó las detenciones y registros ordenados siguiendo esas instrucciones.
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