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El Palacio de Cristal del Retiro acoge una muestra del alemán Wolfgang Laib hecha de polen

Una obra no apta para alérgicos

viernes 01 de junio de 2007, 16:56h
El Palacio de Cristal del Parque del Retiro se transforma este viernes  en un recinto estanco para poder acoger la delicada "Pollen from hazelnut", una obra del artista alemán Wolfgang Laib hecha a partir de polen, cuya fragilidad limita su exposición a una sola jornada.
"Este es uno de los espacios más bonitos del mundo para exponer obras de arte, está tan próximo a la naturaleza que las piezas cobran otro significado", explicó hoy a Efe Wolfgang Laib (Metzinger, Alemania, 1950), un artista que ya intentó exhibir sus obras en este recinto el pasado otoño, aunque la muestra se instaló finalmente en el Museo Reina Sofía dadas las condiciones adversas del Palacio de Cristal.

La obra "Pollen from hazelnut" (polen de avellano) está hecha a partir de polen de avellano de un amarillo intenso, recogido durante varios meses por el propio autor, y dispuesto en el suelo en forma de cuadrado.

En este sentido el aforo está limitado a una veintena de personas, que acceden al recinto a través de una puerta giratoria especial e instalada para esta ocasión, que limita la entrada de viento y evita la contaminación de la muestra con polvo y otros elementos.

Una vez dentro, el visitante debe descalzarse y ponerse unos calcetines para evitar al máximo la entrada de partículas externas al recinto, que ha sido limpiado a fondo para esta ocasión, mientras que tres miembros de seguridad del museo no permiten acercarse a la obra a menos de un metro. Dada la composición, la organización recomienda que las personas alérgicas no accedan al recinto.

Esta pieza pertenece a "Sin principio - Sin fin", una muestra formada por otras tres piezas igualmente frágiles, y realizadas a partir de leche, arroz y cera de abeja, que también se han intentado exponer en el Palacio de Cristal, aunque las condiciones climatológicas no garantizaban su seguridad.

"Es un espacio muy bello, pero técnicamente muy difícil para exponer, porque es como hacerlo en el exterior, y estos materiales son muy sensibles al calor, al aire, la lluvia o el sol", explicó apenado el artista alemán, que se confesó muy feliz de poder permanecer, aunque sólo sea un día, en un lugar donde se percibe la "conexión entre el cielo y el sol".

Laib comenzó su carrera artística a mediados de los años sesenta, tras finalizar sus estudios de medicina, y desde entonces viene desarrollando un trabajo caracterizado por una gran pureza y simplicidad formal, para el que se sirve de materiales naturales que muestran un encuentro entre arte, naturaleza y espiritualidad.
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