Iñigo Urkullu, presidente del Partido Nacionalista Vasco, acudió a Madrid y tuvo un animado protagonismo en los desayunos de Europa Press. Dijo, entre otras cosas, que le consta que ETA sigue enviando cartas-chantaje a empresarios (hasta ocho cartas ha recibido uno de ellos), se negó a especular sobre las profecías del socialista
Eguiguren, según el cual las actividades de la banda terrorista podrían terminar en Navidad, o antes, y negó que existan “acuerdos secretos” con Zapatero aparte del apoyo a los Presupuestos del Estado por parte del PNV. Ocurre, sin embargo, que luego tuvo que admitir que sí existía “algún tipo” de pacto para que gobierne la lista más votada en los ayuntamientos vascos.
Interesante: Urkullu no hizo demasiados ascos a un posible pacto con el Partido Popular en función de los resultados de las elecciones generales de 2012. Elogió tanto la estrategia de
Basagoiti, contraponiéndola a la del ‘cuartel general popular’ de la calle Génova, en Madrid, que resulta difícil pensar que el presidente del PP vasco no vaya a ser un ariete fundamental para futuras negociaciones entre ambas formaciones. Atención, mucha atención.
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