Algunos departamentos como Antioquia, que ya cuenta 30 mil damnificados, han declarado la alerta roja, ante la desmesurada crecida del río Cauca, responsable de buena parte de las pérdidas en esta parte del país. Además, esta fuente hídrica también causó estragos por desbordamientos en Valle del Cauca, cuyo problema es doble, pues la creciente del río Jamundí también le ha ocasionado un gran caos.
Así mismo, cien carreteras departamentales de Antioquia tienen problemas de movilidad, y los 10 alcaldes del Valle de Aburrá buscan una estrategia conjunta para auxiliar a las víctimas. En Valle, 30 de los 42 municipios están en emergencia, incomunicados con las zonas rurales o con amplias zonas agrícolas destruidas.
En Atlántico existen 10 municipios con grandes problemas a la hora de hacerle frente al invierno, especialmente en la zona costera. En La Guajira ya se cuentan 16 muertos por este duro fenómeno climático; al tiempo, en su capital, Riohacha, hay 19 barrios, seis corregimientos y 18 comunidades indígenas, completamente inundados.
Pero el panorama de un futuro cercano no es bueno, y los expertos advierten sobre la necesidad de extremar medidas porque las lluvias no amainarán pronto, por lo que la crecida de los ríos continuará con tendencia a aumentar, lo que puede causar nuevos desbordamientos e inundaciones, y un incremento de los derrumbes en zonas de montaña en las que tradicionalmente están las comunidades más vulnerables, como Ciudad Bolívar en Bogotá, Soacha en Cundinamarca, o las comunas de Medellín.
Notas relacionadas...